Si bien esta situación tomó estado público por un relato que una vecina compartió este jueves 21 de diciembre en las redes sociales, la presencia de este individuo en la zona de Barrio Progreso, data ya de hace un buen tiempo.

Se trataría de una persona con algún desequilibrio psicológico, agravado por el consumo de bebidas alcohólicas.

Los sectores por donde se lo suele ver deambular, según nos cuentan los vecinos, es la calle Virrey Ceballos, desde  Mansilla, Pastor Obligado y, desde allí por Avenida Pellegrini hacia su intersección con Bulevar San Martin.

Precisamente en ese sitio es donde permanece algunas horas, molestando a los transeúntes y a los conductores que circulan por la calzada y deben detener su marcha por el semáforo. La mayor de las veces sucede entre las 15 y las 16,30 aproximadamente.

En cuanto a las características del individuo, es desgarbado, siempre viste un pantalón marrón claro, una camisa con el torso al aire y en algunas oportunidades usa una campera marrón oscuro. A veces también se coloca en su cabeza un casco color blanco, como así mismo puede estar con una caja o botella de vino en su mano. Es barbado y con cabello enrulado con un largo que le toca los hombros.

Más allá de la preocupación que genera entre los vecinos, es indudable que constituye un riesgo no solo para la comunidad, sino para sí mismo.

Dada las condiciones en las que transcurre su vida a diario, debería estar actuando en principio el área de acción social en conjunto con la de salud para brindarle  la debida atención y con esto sacarlo de esa situación de calle que resulta muy penosa e indigna para la condición humana.

Justamente los ciudadanos afectados y una buena cantidad de vecinos de la zona, nos informan que han denunciado esto ante las autoridades policiales que deberían ponerse en acción, comunicando el hecho a las autoridades municipales que mencionamos más arriba.

Si somos seres humanos, actuemos en consecuencia. Creemos que no se deben señalar culpables, sino contribuir para que estas cosas tan lamentables para la evolución de la humanidad que pretendemos, no sucedan.

Como dice la canción del músico rosarino Rubén Goldin; que se llama “hagamos algo”:

Y si yo muevo al mundo,

y por vos gira el mundo

aún nos queda algo en el corazón.