A los 84 años

Tristeza en Junín por la muerte de su más venerable sacerdote

Miguel Ángel Larrañaga.
Miguel Ángel Larrañaga.

La comunidad de Junín se vio conmovida el sábado 16 de diciembre al conocerse la noticia del fallecimiento del sacerdote Miguel Ángel Larrañaga, a los 84 años.

Durante 40 años se desempeñó como pastor junto al pueblo juninense. 

Aquí en Rojas, contaba con varios amigos y conocidos, como consecuencia de su trayectoria de tantos años en la labor sacerdotal, no sólo en su diócesis.

El sacerdote venía sufriendo serias dolencias en los últimos tiempos, circunstancia que no impidió que la noticia de su muerte causara una gran consternación en los habitantes de Junín, ciudad donde nació y se desempeñó durante los últimos años. También ejerció su ministerio en parroquias de Carmen de Areco, Mercedes y Junín.

Mediante un comunicado, los sacerdotes de la parroquia San Francisco de Asís pidieron este fin de semana oración por el alma del sacerdote, y propusieron a la comunidad hacer el gesto simbólico de realizar un cordón en el frente de la parroquia para despedir al querido pastor.

“Que el buen Dios premie todo el bien que hizo y lo reciba en el Cielo para descansar en paz”, rogaron los presbíteros Javier Spreafichi y Diego Celay. Sus restos descansan en el cementerio Rosedal, de Junín.

Durante varios años, el padre Miguel se desempeñó como Vicario Cooperador en la Iglesia San Ignacio de Loyola. También sembró sus enseñanzas en la comunidad de Morse, donde su trabajo al frente de la feligresía de la Capilla Nuestra Señora de las Flores, y tuvo a su cargo la capellanía del templo Stella Maris, del Balneario Municipal Laguna de Gómez.

Luego fue nombrado párroco de San Francisco de Asís, en el corazón del barrio del mismo nombre. El papa San Juan Pablo II lo distinguió con el título pontificio de Capellán de Su Santidad y el tratamiento de monseñor el 10 de agosto de 2004.

El Instituto Superior del Profesorado Junín lo contó entre sus impulsores y junto a su prima, la profesora Carmen Garay Larrañaga, se erigió en uno de los pilares de la institución formadora de generación de educadores terciarios en la ciudad y la región llegando a ejercer la vicerrectoría del establecimiento.

Sus allegados lo definieron como una persona que tenía gustos sencillos y su placer radicaba en las cosas pequeñas, tal vez las más profundas del sentimiento humano.

Es por eso que en su habitual recorrida para hacer las compras diarias se transformaba en un periplo con innúmeras estaciones para saludar, abrazar y dialogar con aquellos que en su palabra afable encontraban el remanso, y era precisamente en esos contactos callejeros cuando era habitual el envío de sus bendiciones a quienes no estaban pasando por un buen momento o a quienes podían necesitar esa forma de reconfortarse.

Señalando que se lo recordará como un ser humano íntegro y un religioso sin dobleces.

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