Por las irresponsables conductas de estos ciudadanos y, por la inoperancia de los funcionarios que deben controlar que las cosas que vamos a relatar a continuación, no sucedan.
Casi sobre el mediodía del lunes 18 de diciembre fuimos llamados por vecinos de la zona de Dorrego e Hilario lagos donde, desde una vivienda ubicada sobre Dorrego casi al 500, se estaba arrojando gran cantidad de agua que bajaba por Hilario Lagos, llegando hasta el Boulevard Larrea.
Varios de los propietarios de calle Hilario Lagos se habían comunicado con el Municipio, denunciando la situación y, hasta las 13 horas, momento en que nos retiramos del lugar, no había concurrido ningún inspector, a pesar que la camioneta de Inspección General paso por la esquina de 9 de Julio y Lagos, sin atender las indicaciones de los vecinos que le estaban pidiendo que detuviera su marcha y, quien manejaba solo levantó una mano como respondiendo un saludo que no se le estaba haciendo.
Siguió su andar por 9 de Julio, sin percatarse no solo de los llamados de auxilio de los vecinos, sino de la gran laguna por la que cruzó. Insólito.
Y si tenemos en cuenta que ya van para tres meses que estos contribuyentes están aguardando que se complete el reasfaltado de esta arteria desde Paso hasta Dorrego, esta situación acelera su deterioro, que ya está haciendo que la calzada sea realmente intransitable.
Aquí se junta todo lo malo, la desidia estatal con la inconducta ciudadana. Para decirlo vulgarmente; nos jodemos entre nosotros.
Y quien actúa desaprensivamente hacia el prójimo nunca recibe la sanción que correspondería.