La política de ajuste del presidente Mauricio Macri hace estragos día tras día en la economía local cerrando cada vez más negocios y dejando vacíos los locales. Hoy los martilleros públicos vuelven a pedir más carteles para exhibir los alquileres y ventas, ya que no hay un peso en la calle. La contracción de la economía es muy notoria y algunos analistas ya hablan de estanflación.
Una recorrida por el sector comercial de la ciudad muestra cabalmente cómo los negocios tienen cada vez menos ventas y los comerciantes recurren a estrategias agudizando su ingenio con tal de vender un poco más. Los aumentos en las tarifas de energía como la electricidad y el gas fueron tajantes para varios negocios y empresas que deciden achicar su actividad antes de tomar la definitiva decisión de bajar las persianas en forma permanente.
Lo llamativo de esta situación es que desde el Municipio se ha hecho muy poco, casi nada, para defender a los consumidores y a las pequeñas y medianas empresas, que son el motor de la economía y las que producen empleo en forma genuina e inmediata. Sucede que la sintonía del intendente Claudio Rossi con el gobierno de Mauricio Macri no le permite hacer ni decir nada al respecto. Es más, hasta ahora el jefe comunal no se ha pronunciado sobre el tema y no sabemos qué es lo que piensa.
Mientras tanto, todos los días un comerciante, un empresario, un prestador de servicios analiza la situación para saber si va a poder abrir sus puertas y continuar con la actividad. Por otro lado, lo que pierden en primer lugar con una política de transferencia de recursos como la que lleva adelante 'Cambiemos', son los integrantes del rubro "economía informal", donde se encuentran los canillitas, los parqueros, las empleadas domésticas, los cuidadores de enfermos y de animales. Pero en definitiva, perdemos todos.