Este policía viene de fracasar en forma consecutiva desde el año 2103 en adelante como titular principal de las dependencias de Arrecifes, Salto y Pergamino, para recalar en nuestra ciudad donde se lo premia como jefe de la flamante Policía Local.
Al chequear los antecedentes inmediatos de este comisario, resulta por lo menos llamativo que las autoridades políticas locales los hayan pasado por alto, aceptándolo para comandar esta dependencia.
Después de su salida de la Jefatura en Pergamino en agosto del año pasado, estuvo sin destino hasta que lo designaron aquí a cargo de la Policía Local y, seguramente influyeron algunos de los varios comisarios que están actualmente asignados en nuestra ciudad y coincidieron con este colega en el tiempo que estuvieron en la vecina localidad.
Antes de Pergamino había fracasado rotundamente en Arrecifes y, principalmente en Salto, donde el intendente Ricardo Alessandro directamente en el mes de marzo del año pasado declaró la emergencia policial y solicitó al Ministerio de Seguridad el nombramiento de un nuevo jefe policial.
En cuanto a su desempeño actual aquí en nuestra ciudad, la mayoría de los agentes de esta dependencia a su cargo le han manifestado a sus familiares y, estos a nosotros el maltrato que tiene este comisario hacia ellos, haciéndolos trabajar en condiciones humillantes, dependiendo absolutamente de la solidaridad de los vecinos, quienes les permiten entrar en sus casa para aunque mas no sea pasar un momentito al baño. Tampoco los habilita para gozar del descanso a la hora del refrigerio, obligándolos a estar durante todas las horas de servicio directamente en la calle.
No ha realizado gestión alguna para mejorarles la calidad de la vestimenta, máxime cuando se acercan las bajas temperaturas. Ni hablar de proveerlos de chaleco antibalas, cuando hasta hace unos días no contaban aun con los transmisores para estar en contacto con la base, cosa que recién se está cumpliendo. Los jóvenes cuentan que tanto este jefe como el comisario Luján los destratan, ya que por su formación, no los consideran como colegas.
Una situación muy injusta con estos chicos que en este poco tiempo que llevan recorriendo las calles de nuestra ciudad, se han ganado el afecto de todos los vecinos, y en especial de los comerciantes, cumpliendo acabadamente con el objetivo de constituirse en la llamada policía de proximidad. Y ahora también por los niños y sus padres, ya que desde hace unos días se encargan de ordenar el tránsito a la entrada y salida de la escuela.
Sin dudas se trata de otro personaje que ha encontrado en Rojas su lugar en el mundo, ya que aquí las autoridades locales a los que fracasan en su gestión los premian con un sueldo sin tener que realizar ninguna función.