Las largas colas que se formaron en los bancos hicieron que muchos municipios de la zona intervengan con ayuda real y efectiva. En cambio, en Junín, Pablo Petrecca sólo reclamó y cuestionó a través de las redes sociales al mejor estilo “ave rapaz” de la miseria humana y política.
Por la desesperante necesidad de muchas personas por cobrar los planes sociales y la Asignación Universal por Hijo, se sumaron los jubilados que no tienen tarjeta de débito para retirar sus haberes en las entidades bancarias. Y esto provocó una gran concentración de personas en todo el país, pero que, en algunos casos, significó la posibilidad de ayuda para las autoridades municipales.
A pesar del esfuerzo de las fuerzas de seguridad para ordenar y recordar las medidas de prevención, necesitamos que la @ansesgob y los bancos tomen medidas urgentes para cuidar a los jubilados, y que no se repita lo que pasó hoy. pic.twitter.com/sT8vw2w02H
— Pablo Petrecca (@petreccapablo) April 3, 2020
Tal como era previsible, la aglomeración de gente en todos los bancos fue extremadamente por demás de lo previsto. Sin embargo, en muchos lugares, la situación fue aprovechada para brindar ayuda: se repartieron sillas (para que los adultos mayores aguarden con comodidad y respeten las distancias), se entregó agua mineral y alcohol en gel, y hasta se montaron puestos sanitarios para los ancianos que podían descompensarse.
En la ciudad de Junín, comandada por el intendente de Cambiemos, Pablo Petrecca la situación fue un caos sobre todo en instituciones bancarias como en el Banco Industrial, donde una ineficiente organización dio como resultado la congregación de muchos jubilados y pensionados abarrotados como regadero de pólvora en espacios muy reducidos.
Ante este panorama de caos, la reacción del mandamás de la ciudad fue hacer una utilización política muy miserable de lo más profundo y despreciable en sí, como no le corriera sangre por las venas al ver que el pueblo que él mismo administra era un caos total.
En vez de ponerse a colaborar con elementos necesarios como sillas, alcohol en gel y otras cosas para tal fin en conjunto con los bancos, el Anses y las fuerzas de seguridad e incluso con los vecinos que debían exponerse a formar parte de las largas colas, le fue más fácil criticar a través de las redes sociales.
Como si fuera poco, Petrecca dijo en la red social del pajarito: “No podemos seguir poniendo en riesgo a nuestros jubilados durante horas en la calle, esperando a ser atendidos, tirando por la borda todo el trabajo y el esfuerzo que venimos haciendo durante semanas”.
Un intendente que no termina desde hace un tiempo largo de involucrarse con la sociedad, que elige las fotos y los aplaudidores pagos junto a la caterva de su entorno de las redes sociales en vez de dedicarse al bien del prójimo, en este caso los vecinos, y estar a disposición de la gente mayor, vulnerables y los humildes, está para la foto de la gran miseria y estrechez política que lo caracteriza de pie a cabeza.