Algunos padres manifestaron su preocupación por hechos que se sucedieron este fin de semana y el anterior, en eventos organizados por alumnos de colegios secundarios.
De acuerdo a lo que comentan, en el primero de los casos resultó lesionada una joven que debió permanecer internada una par de días en terapia intensiva para una mejor atención y control de la evolución de sus heridas y; en el segundo suceso, el damnificado resultó ser un masculino menor de edad que fue brutalmente golpeado por otro, dándole dar su cara violentamente contra una pared, mientras se desarrollaba el festival conocido como la “san joda”, provocándole un gran hematoma en el lado derecho de su rostro, con escoriaciones en su ojo y parietal derecho de la cabeza.
La atención la recibieron en la guardia del Hospital Municipal, quienes preventivamente dejaron internada a la primera de las víctimas por un par de días y, a la segunda la enviaron a su domicilio con la autorización de su progenitor que se comprometió a seguir las indicaciones médicas en cuanto sus cuidados, para asegurar su optima recuperación.
Cabe destacar que en ambas oportunidades se contaba con la presencia de un grupo de padres que colaboran activamente para que estas veladas transcurran en armonía, evitando que dentro del lugar se consuman bebidas alcohólicas, que puedan derivar en desmanes difíciles de controlar. Y lo mismo hace la directiva del Club Argentino, locador de las instalaciones.
Pero lo que no pueden prevenir esos padres y los organizadores, es tal vez, el ingreso de personas que ya han ingerido estos tragos previamente y, una vez dentro pueden ser los responsables de estos hechos desgraciados.
Si bien no hay que lamentar daños irreparables y, podría tratarse de hechos excepcionales e imprevistos, la repetición en dos fines de semana seguidos, debe ser un llamado de atención para que las autoridades extremen sus operativos de control preventivo y estén presentes en los alrededores de la zona, por si se requiere su intervención.
Estos episodios, ponen de manifiesto una situación que ya lleva varios años, sobre la falta de sitios de diversión nocturna y esparcimiento destinada a los adolescentes de nuestra comunidad.
Para finalizar, aclaramos que sabemos la identidad de las víctimas, sus familias y los datos de los involucrados, que no se pueden hacer públicos por ser menores de edad. Hacemos esto, con la finalidad de evitar estériles cuestionamientos en este sentido.