Hace unas semanas atrás hubo tremendo lío en el Municipio por la falta de habilitación para transportar mercadería en los vehículos de Proveeduría Ford, propiedad del secretario de Coordinación y Hacienda, Cristian Ford. El revuelo se habría causado en el área de Bromatología, cuando verificaron que no cumplían con los requisitos mínimos que exige la ley.

Al dar aviso al funcionario, solo habilitaron una para zafar y las demás siguen igual de marginales ante las exigencias planteadas por el organismo que dirige el médico veterinario Daniel Gallo. Hasta la madre de Ford fue a increparle a este funcionario por el hecho de haber cumplido con la ley.

“Nosotros somos gobierno, cómo nos podés hacer esto”, dicen testigos que le habría dicho la mamá de Cristian Ford, de muy malas maneras y con bastantes ínfulas. Dicen que Gallo mucho no respondió ante este apriete que le hacían.

Luego fue el turno del secretario de Seguridad, el inefable abogado penalista Miguel Núñez, quien a pedido de Ford hizo acudir a Gallo a sus oficinas para exigirle explicaciones. El veterinario sólo contestó “las explicaciones se las debo dar al intendente, no a ustedes”.

Los ánimos de ese día estaban bastante caldeados, muchos nervios y encontronazos. Galle le dijo al intendente que si quería, él dejaba el cargo, cosa que no sucedió porque Rossi no quiso perder más funcionarios antes del primer año de gestión. Ya se había ido el médico Ronconi del Hospital y se frustró la llegada del kirchnerista Lalo Monacci. Por eso prefirió que Gallo continúe en su impecable labor que cumple desde la gestión anterior.

El funcionario a cargo de Bromatología sabe que debe hacer un equilibrio total para permanecer donde está hasta por lo menos que le llegue la jubilación, beneficios a los cuales se acogerá en cuanto tenga la fecha. No le gustan los aprietes.