Este trato lo sufren trabajadores temporarios que llegan de otras ciudades.

Se trata de ciudadanos argentinos que arriban de otras provincias a nuestra ciudad, contratados por empresas semilleras del distrito, por un periodo determinado de tiempo, a los que llamamos, en muchos casos peyorativamente, “changos”.

En esta oportunidad, que no sería la única, a cuatro de ellos se les habría negado la entrada a un local nocturno ubicado en la esquina de Bulevar Tormey y Avenida Helguera.

El relato de los testigos, ubica el hecho en la noche de este viernes 20 de abril, donde como argumento para impedirles el acceso, les manifestaron que eran foráneos. Finalmente por la gestión de una joven, lograron ingresar.

A estos desagradables episodios se suman los controles de documentación innecesarios e insensatos, por parte de agentes policiales, realizados en varias ocasiones en pleno centro de la ciudad, a la vista de todos los vecinos, como una especie de exhibición, que los expone como diferentes.

Creemos necesario dar a conocer estas situaciones, que nos marcan como una sociedad de doble moral que los acepta e incluso los estimula, cuando gastan su dinero bien ganado en nuestros comercios, pero no nos comportamos de igual modo, si pretenden compartir algún espacio de esparcimiento.

Los consideramos distintos, y en verdad, así es, ya que estos ciudadanos son buenas personas en su mayoría, y nosotros con estos comportamientos, solo somos unos pobres y miserables personajes.