No hay mucho por decir, las imágenes hablan por sí solas. Queda confiar en Dios que esta vez el agua pase sin afectar a nadie.
Especialmente a los vecinos de las últimas calles del barrio y las más cercanas al Paseo que tanto han sufrido estas últimas inundaciones. Y lo más triste es que lo padecen en absoluta soledad sin la contención de ningún área del Estado municipal. Que, vale recordar cuando se han acercado han tenido la bajeza de no contemplar ayuda a quienes estaban en contacto con el diputado Vignali o algún concejal de la oposición. Una bajeza sin calificativo posible.
Una situación muy angustiante, ya que pasaran otra noche sin dormir, vigilando la crecida.
Nuestros respetos por sus padecimientos, y los tendremos muy presentes en nuestras oraciones.