Que alegría para el alma de todo un pueblo que une sus oraciones y, estas son escuchadas.
Así sucede con la milagrosa recuperación de la salud de los jóvenes Camilo y Juan Manuel.
Sigamos así con ellos y todos aquellos prójimos que lo necesiten.
No todo está perdido, si conservamos estos sentimientos, seamos o no creyentes, saldremos delante de todos los males que nos aquejan como sociedad. Y no hay que dejar de mencionar la importancia del deporte para fortalecer cuerpo, alma y enseñanza de valores esenciales.
Nuestros máximos respetos y mejores deseos a los familiares y amigos de estos jóvenes que tienen todas las ganas y fortaleza de espíritu para vivir.
Muchas gracias.