LA PLATA, Septiembre 07.-(Por JOSE PICON) La política bonaerense, sin excepción, entró en estado de alerta. A pocos meses del inicio efectivo del calendario electoral, el cargo vacante que dejó el fallecimiento del juez Manuel Humberto Blanco, encendió luces rojas en todos los partidos.
Blanco fue el histórico funcionarios que llevó adelante la organización y control de los comicios en la Provincia.
Y su desaparición física genera preocupaciones y sospechas en todo el arco político ante el temor de que la Casa Rosada intente, con alguna designación en ese juzgado federal vacante, quedarse con el manejo absoluto de las elecciones en un distrito clave como la Provincia,
Quienes abonan esa teoría recuerdan la embestida que sectores cercanos al kirchnerismo intentaron hace algunos meses para nombrar en otro de los tribunales vacantes a un magistrado afín, con la intención, se asegura, de desplazar a Blanco del manejo del proceso electoral.
Aquella arremetida finalmente no pudo pasar el filtro del Consejo de la Magistratura. Un reverdecer de la intentona no parecería, dicen en las diversas fuerzas políticas, una opción descabellada.
La cuestión cruza a todas las fuerzas políticas, aunque quizás la mayor inquietud se verifique en el propio oficialismo bonaerense. La mayoría de los intendentes peronistas se jugará el pellejo el año próximo en procura de mantenerse en el gobierno local.
Buscan alambrar territorios y resisten cualquier intento K de plantarles colectoras o listas espejos, martingalas que ha puesto en práctica el Frente para la Victoria para abrirles espacios de poder a los sectores puros del kirchnerismo y, de paso, plantearles batalla y buscar el desgaste de no pocos alcaldes. Ya lo sufrieron el año pasado algunos peso pesados del Conurbano como Julio Pereyra en Florencio Varela y Alberto Descalzo en Ituzaingó.
Temen ahora que cualquiera de estos artilugios o los que pudieran surgir de la creatividad de algún funcionario clave de la Rosada, tengan campo orégano más aún si hay un juez “amigo” a cargo del proceso electoral bonaerense.
Pero muchos de esos intendentes que ven amenazada su supervivencia, no parecerían dispuestos a tolerar otra posible embestida K ni esperar hasta el límite del plazo legal para anotar sus listas sin tener certezas ni reglas de juego claras. Varios de ellos ya analizan alternativas por fuera del Frente para la Victoria.
Y la más apetecible es la que ofrece el Frente Renovador de Sergio Massa. “Si hay colectoras no sólo se va a ir Insaurralde, le van a seguir los pasos varios más”, reconocen con especial preocupación fuentes del peronismo bonaerense. Quizás impregnadas de esa inquietud hayan estado las palabras que utilizó ayer el presidente del PJ provincial e intendente de La Matanza, Fernando Espinoza.
“De nada sirve que desde arriba se marquen directivas, eso no es peronismo”, disparó al encabezar un acto junto al gobernador Daniel Scioli en Punta Alta.
INQUIETUDES
Al menos dos reuniones que trascendieron en las últimas horas denotan la profunda preocupación que anida en el gobierno bonaerense en relación al proceso recesivo de la economía que viene acompañado del aumento del costo de vida. Scioli citó a varios de los integrantes de su equipo económico.
Revisaron los números de la Provincia y, puntualmente, cómo viene la recaudación en este contexto de fuerte caída de la actividad. Sin chances de salir a los mercados internacionales en procura de obtener financiamiento, los recursos propios son más vitales que nunca para sobrevivir una coyuntura compleja y que, además, amenaza con instalarse por un tiempo que no pocos economistas vaticinan no será breve.
Creciendo a un poco más del 30%, la recaudación bonaerense comenzó a sentir los efectos del parate económico y ya se estima que quedará por debajo de la inflación cuando culmine el año. Sin margen para aumentar impuestos en lo que resta del año -”sería como sacarle sangre a un anémico”, describió un funcionario sciolista al descartar una medida que estaba en estudio-, el mandatario decidió avanzar en la pelea contra la evasión.
Ya se habla de una serie de medidas “fuertes” que lanzará en breve la Agencia de Recaudación (Arba). La inquietud por la marcha de la economía y la caída de la actividad, llevó al propio Scioli, además, a levantar el teléfono para convocar a su Residencia a varios de sus pares.
En ese cónclave del que participaron los gobernadores de Córdoba, José Manuel De la Sota; de San Juan, José Luis Gioja y Eduardo Fellner (Jujuy), se analizó con honda preocupación el deterioro de los ingresos provinciales y la coyuntura general en la que conviven alta inflación, recesión y la consecuente pérdida de empleos.
En ese encuentro abundaron los cuestionamientos sobre el manejo de la economía nacional, según se supo. Y la conclusión fue que las decisiones que en ese materia viene tomando el gobierno nacional conspiran contra el triunfo del oficialismo el año que viene cuando llegue el turno de pasar por las urnas.
Hubo un convite de De la Sota para armar una propuesta electoral por afuera del oficialismo, que no prendió en el resto de los comensales. Y otro planteo para ir con estas inquietudes hasta el despacho de la Presidenta que tampoco encontró unanimidad. Aún así, el encuentro reveló la preocupación de los jefes territoriales del peronismo por la marcha del gobierno de Cristina Kirchner.
Y el temor de que el PJ sea desalojado del poder en el próximo turno electoral. “Todo esto beneficia a Macri”, dicen que aseguró uno de los gobernadores que estuvo en la cena.(Fuente: EL DIA)