Estas últimas semana comenzaron a encenderse la alarmas en varios despachos de mandatarios municipales oficialistas, cuando comenzaron a hacer números y no necesitaron terminar las cuentas para darse cuenta que no llegarían a abonar los aguinaldos sin la ayuda de la Nación o la Provincia.

De esto dan cuenta los cronistas acreditados en la Casa de Gobierno provincial, que observan a muchos de ellos visitar casi a diario los despachos de los funcionarios, buscando el billete ganador de fin de año, porque el gordo de navidad hace rato que lo sacrificaron.

Por aquí en nuestra ciudad, el intendente Claudio Rossi ya hace varios meses que viene realizando acciones preventivas para no llegar a situaciones extremas.

La más notoria y perjudicial para una gran cantidad de empleados municipales, ha sido el recorte de las horas extras hace ya un mes medio, es decir que, a tono con el gobierno nacional, se ajusta por el lado de los más débiles socialmente, como hacen con los jubilados.

También han restringido el pago de una gran cantidad de proveedores.

Y la medida más arriesgada y, que han dejado trascender algunos funcionarios que no están a gusto con la gestión, sería la retención de partidas para obras que se han detenido, especulando con que el Gobierno provincial envíe una ayuda como lo hizo el pasado año y, después si liberar estas sumas para los fines que corresponden. Abonarían esta teoría el reasfaltado de calle Hilario Lagos como uno de los ejemplos.

Lo que no cabe ninguna duda es que después de haber ganado el campeonato (elecciones) por paliza, aparecieron los problemas que habían dejado debajo de la alfombra.