Fue alrededor de las 2.15 de la madrugada cuando un vecino dio aviso a los bomberos que, en una vivienda de calle Zapiola casi Iribarne, salía mucho humo desde un portón de garaje.
Al llegar los servidores públicos al lugar, la policía ya había logrado abrir ese portón, rompiendo un vidrio del mismo, ante la falta de respuesta desde adentro.
El fuego fue rápidamente extinguido y, se hallaba circunscripto a un sillón que se encontraba al lado de un televisor. Y precisamente aquí se presume, según la opinión de los bomberos que habría dado origen el siniestro, al producirse un cortocircuito en el cableado del aparato de televisión. Igualmente todo esto debe ser confirmado por las pericias científicas.
Al ingresar a la casa, comenzaron a buscar a su moradora, por indicaciones de los vecinos que afirmaban que esta se encontraba en su interior.
Fue ubicada enseguida y, al constatarse que estaba desmayada, se llamó a la ambulancia del Hospital, que llegó prestamente y, por prevención, el facultativo interviniente decidió que fuera internada en observación algunas horas para descartar posibles complicaciones con la inhalación de humo y por un golpe que tenía en la cara producto de la caída al desvanecerse.
Al saber y entender de los bomberos, fue fundamental el aviso del vecino y que las aberturas de la vivienda estuvieran cerradas, con lo cual no había oxígeno suficiente para que el fuego se alimentara y se propagara rápidamente por los demás sectores de la misma.
Por lo tanto una vez que esta señora recupere su buena salud, el suceso quedara en su recuerdo como un mal momento y, para la comunidad como una muestra más de la profesionalidad y diligencia con la actúan estos servidores públicos que, en esta oportunidad contaron con la colaboración de la policía.