Nuevamente se ven afectadas por las crecidas las instalaciones del querido Club de Pescadores, que este último fin de semana reabrió sus puertas, luego de sufrir las consecuencias de la inundación de fin de año, y revertir la situación con el esfuerzo admirable de un grupo de muchachos que aman a la institución.
Esperemos que el agua se detenga y por lo menos no sobrepase el nivel de la pileta.
Sin dudas, un duro golpe para quienes aman este lugar, pero una vez curadas las heridas, seguramente volverán a la batalla.
Y esperamos que muchos dirigentes no solo de la política, sino de todos los ámbitos, tomen como ejemplo a estos luchadores. Menos palabras y a poner lo que hay que poner sobre la mesa…