Días pasados reflejamos el estado de abandono del sendero que construyeran las chicas de las Cooperativas de Trabajo en calle Tormey desde Helguera hasta la Avenida de Mayo, con ladrillos elaborados por ellas mismas.
Pero esta situación no es producto de la desidia, sino de una acción consciente desde el Estado Municipal mismo, destruyendo la cosa pública; ya que no habíamos advertido que también faltaban las maderas de las empalizadas a ambos lados del sendero.
¿Y qué pasó con las maderas? ¿Las robaron, las rompieron, las usaron para un asado? Nada de eso, este Municipio creativo, lleno de ideas innovadoras, las utilizó para demarcar el camino a Barrio Unión por el costado del edificio que utilizara la Unnoba.
Sino fuera porque esta acción la realizo el Estado, en este caso el Municipal, usaríamos una frase popular: “¡Qué manga de ratones!”. Pero bueno, esperemos no tener que utilizar otra palabra terminada en “ones”.