En la noche de este viernes los delincuentes que han encontrado en nuestra ciudad su lugar en el mundo, decidieron darles un descanso a los habitantes de los barrios y se trasladaron al centro.
Después de pasear un rato, se pusieron a “trabajar” y eligieron una vivienda de calle Saavedra entre Sarmiento y Paso.
Aún no se determinó por dónde ingresaron a la casa, pero lo concreto es que sorprendieron a sus ocupantes, y les llevaron dinero, computadoras, cajas de herramientas, entre otras cosas que, a medida que las victimas van recorriendo su hogar, van notando su falta.
También se llevaron los documentos, carnet de conducir y de la obra social, al solo efecto de hacer más daño.
Los damnificados informaron del robo a través de las redes sociales, aún conmocionados por la dolorosa experiencia, que los hizo darse cuenta de lo vulnerable y expuestos que están ante esta seguidilla de delitos, que puede alcanzar a cualquier vecino. Es solo una cuestión de suerte, buena o mala.
Así estamos en materia de seguridad, jugando a la ruleta rusa. Sin saber quién será la próxima víctima, pero con la convicción de que inevitablemente habrá otro damnificado.
Ante la incontrastable realidad, las críticas a la tarea del secretario Núñez, resultan en vano. A esta altura de los acontecimientos que nos golpean todos los días, la responsabilidad alcanza a la máxima autoridad de la ciudad, por mantener en su puesto, a este personaje que ya no puede ocultar su incapacidad absoluta y que ha engañado a toda la población durante estos meses de gestión, presumiendo ser lo que no era, una persona competente, idónea y preparada para ejercer un cargo público, al cual no hubiera llegado por mérito propio.