“No vamos a personalizar la gestión ni a utilizar colores identificatorios, vamos a ser bien institucionales”, fue lo que dijo el intendente Claudio Rossi al asumir la gestión. Pero se contradijo una vez más: el color azul es el elegido para distinguir a su administración, el cual contrasta con el naranja que supo utilizar el vecinalismo.
Es más, hasta las columnas para identificar las calles son azules: y vale decir que cuestan más de un millón de pesos y no hubo licitación previa para contratar esos servicios. Pero el azul empieza a asomar ya rápidamente, contradiciendo la palabra del jefe comunal. Lo mismo con la concejal Alejandra Sábato, quien puso el grito en el cielo en una conferencia de prensa pidiendo que se utilicen los colores de la bandera de Rojas: el negro y el verde.
También son azules las columnas que está colocando la empresa Cablevisión, gracias a los servicios del presidente del Concejo Deliberante, el abogado lobista del Grupo Clarín, Leonardo Armellini. El edil había dicho un año atrás que “si Cablevisión quiere hacer un cableado, tendrá que hacerlo subterráneo”.
En ese momento Armellini era opositor ¿Raro no? Armellini siendo oficialista cambió de parecer y Cablevisión hace su tendido aéreo. Vaya uno a saber cuáles o cuántos son los motivos para virar 180 grados en una postura.
Rossi sigue pintando todo de azul para imponer su impronta, pero no se sabe para qué. El tránsito no lo puede acomodar, la seguridad es un desastre con su secretario a la cabeza, la sede de la UNNOBA sigue sin inaugurarse y la pavimentación de las tres cuadras del barrio Santa Rita sigue sin terminarse. Igual Rossi sigue pintando todo de azul. Rossi, Sábato y Armellini sonríen, porque todo se está pintando de color “azul Cablevisión”.
Ahora es el turno de los canastos y contenedores de basura, que son pintados de negro porque parece que a Rossi le molesta el color naranja y no quiere ver ni un solo vestigio del vecinalismo, al que no puede opacar por la nula tarea que está realizando en su administración.
“La gestión de Rossi es una pinturita”, expresó con cierto grado de sorna un experimentado radical, que no ve otra cosa que colores, pinceles y rodillos. Y es cierto, porque otros avances no se han visto, entrando ya al noveno mes de su mandato.