Un ejemplo de ello lo sufren en la institución educativa del Solar Feliz, donde en reiteradas oportunidades las auxiliares del establecimiento deben limpiar el sector donde los niños acceden al ómnibus que los transporta a diario, por la suciedad que queda en sus veredas, por los residuos que depositan allí, algunos desaprensivos vecinos.
Desde las redes sociales, las propias docentes hacen saber sus quejas, resaltando que para prevenir este tipo de situaciones con los residuos que generan, acordaron un horario con la Dirección de Servicios Urbanos del Municipio para que retiren las bolsas desde dentro de la institución.
Recordemos que desde el área de medio ambiente municipal, a cargo del veterinario Sergio Di Prinzio, se había anunciado para comienzos de este año 2018, la implementación de un plan piloto de clasificación domiciliaria de residuos en algunos sectores puntuales de la ciudad, sin que hasta el presente se hayan registrado novedades al respecto.
Quizás se acerque el momento en que más allá de la inacción del estado en todos los estamentos, seamos los propios ciudadanos lo que comencemos a modificar nuestras conductas para no perjudicarnos entre nosotros y así obligar a los gobernantes a generar las condiciones para tratar la disposición final de la basura que nosotros mismos separemos.
Debemos reconocer el problema, tomando conciencia que debemos dejarle a nuestras generaciones venideras un mundo sin esta brutal contaminación.