Cuando se están por cumplir dos meses del robo que sufriera la querida y recordada Mabel Fauda, no hay ninguna información, ni judicial, ni policial.
Dentro de la hipocresía reinante con se maneja todo aquello que pueda generar una mala imagen para los poderes políticos de turno, pasamos de tener un parte policial que decía textualmente y, con letras mayúsculas: “ESCLARECIMIENTO HECHO “ROBO”, a la nada misma.
Y recordemos que dos días después de este informe, la víctima del robo, falleció por una dolencia coronaria, que si bien no se puede afirmar a ciencia cierta que se produjo como consecuencia de este lamentable hecho que le tocó sufrir; lo concreto es que afectó considerablemente su espíritu y su ánimo, por esos días, de acuerdo al testimonio de sus familiares y amigas.
Nosotros seguiremos exigiendo que se haga justicia, reconociendo que nos caben las generales de la ley por los lazos afectivos que nos unen con Mabel, ya que fue profesora y leal y buena compañera de trabajo y amiga. Y aquí también nos alcanzaría esta hipocresía de la que hablábamos, puesto que si no fuera una persona de nuestro aprecio y conocimiento, quizás nos pasaría lo que a la mayoría de los medios de prensa y nos olvidaríamos.
Ahora bien, dejando de lado la cuestión sentimental y yendo a los estrictos hechos, lo único concreto es que se cometió un robo en las propias narices de las fuerzas policiales y autoridades de seguridad, que realizaron un allanamiento y prácticamente sentenciaron al culpable sin detenerlo, pero encargándose de decir a los cuatro vientos que estaba implicado.
Después de esto, con dos vehículos secuestrados en ese allanamiento que, como muestra la foto de portada aún permanecen en el patio de la comisaría, no hubo ningún otro acto que impulsara la causa hacia su resolución.
Las autoridades políticas y policiales visitaron primero, a la infortunada víctima y, luego de su deceso a los familiares, en un acto más de misericordia que de explicación de los avances de la investigación que, indudablemente es muy pobre y, se ha basado solamente en lo que pudo observarse en algunas cámaras de monitoreo.
Y justamente para cerrar este reclamo de justicia, bien valdría que, en memoria de la querida Mabel, todas las partes involucradas realicen los máximos esfuerzos para encontrar a los culpables de tan lamentable acto delictivo que devino en tan penoso desenlace para la damnificada.
Si bien nos cabe el pesimismo, ya que si a la historia nos remitimos, aquí en nuestra ciudad, no se ha resuelto prácticamente ningún delito, sea quien sea la autoridad de turno, en estos últimos años.
Y cuando decimos esto, cabe una reflexión, que se basa en la cruel realidad, que nos marca que han pasado gestiones municipales con sus secretarios y asesores en seguridad, jefes policiales, pero la Ayudantía Fiscal lleva más de una década en cabeza de las mismas letradas responsables; lo que nos lleva a preguntar ¿No será hora de renovar estas fiscales que justamente por el transcurso del tiempo, puedan estar sufriendo un aletargamiento en su desempeño?
Justicia para Mabel Fauda y, para todas las victimas de distintos delitos que deben peregrinar por distintos despachos judiciales, políticos y policiales, exigiendo lo que para estos funcionarios es su obligación, investigar, juzgar y condenar.