Una triste noticia se conoció durante el mediodía de este martes: el café-bar Camelot, ubicado en Presidente Perón e Hipólito Yrigoyen, cerró definitivamente y cesó sus actividades comerciales. Además del perjuicio para sus propietarios, este lugar de esparcimiento dejó a personas sin trabajo, generando nuevos despidos en la gigantesca ola económica que azota a la Argentina desde que Mauricio Macri y sus gerentes ejecutivos se hicieron cargo del Gobierno.

Lamentablemente, como lo marca la realidad, el rubro gastronómico es uno de los primeros en desmoronarse cuando hay una gran crisis como la que estamos padeciendo los argentinos y Rojas no es ajena a semejante hundimiento. La gente, cuando su bolsillo tiene menos poder adquisitivo, comienza a retacear gastos, sale menos, se divierte menos, gasta menos.

Este portal ha hecho otros informes mostrando la cruel realidad de Rojas: empezó con un Roperito Comunitario para que los que menos tienen puedan acceder a vestimenta digna o ropas de abrigo para pasar el invierno. Algo que hace años no se veía en Rojas, corazón de la soja y de la Pampa Húmeda. Luego seguimos con la recucción de la actividad comercial con locales cada vez más vacíos, menores ventas y cierres definitivos, como el de Camelot.

Hay más locales en alquiler y venta, hay menos venta de diarios y revistas, hay cierre de lugares donde la gente va a divertirse. Entonces una, que es observadora de la realidad, se pregunta ¿Dónde está la revolución de la alegría que tanto pregona Macri y Cambiemos? Hasta ahora nadie la ha visto. ¿Y alguien vio al Municipio intercediendo para frenar esta caída abrupta? Tampoco.