Calamitoso. Esa es la palabra que verdaderamente define el estado de la ciudad en lo referido a la suciedad.
Esto es así porque se ensucia mucho o porque se limpia poco. Allí radica el problema: la responsabilidad es compartida pero el control de policía lo tiene el Estado municipal, muchas veces ausente en cuestiones elementales como ‘recoger la basura’ y cumplir con los servicios básicos.
Es cierto que un alto porcentaje de familias no contribuyen a limpiar o directamente ensucian por demás. Es cierto que el parque automotor es obsoleto y hay que recomponerlo, porque las máquinas son así. Un día se rompen y hay que reemplazarlas. Es cierto que llueve demasiado por estos días y esta situación entorpece el trabajo.
No obstante, hay tareas de control que tampoco se ejercen y que es potestad absoluta del Municipio a través del cuerpo de inspectores y el auxilio de las fuerzas de seguridad como la policía. Recorriendo los barrios se puede notar la falta de limpieza pero también la poca colaboración de parte de la gente.
Entonces cabe una serie de interrogantes ¿El Municipio es incapaz de controlar y exigir que se cumpla con las ordenanzas? ¿El intendente carece de autoridad para que se haga cumplir la normativa vigente? ¿Los funcionarios (son varios) a cargo de Servicios Urbanos fueron avisados de que es hora de trabajar y de cumplir horario?
La solución está muy lejos si se observan las imágenes captadas en los distintos barrios de la ciudad. Otros medios también reflejan el estado de suciedad con el que convivimos a diario lo que hace arrojar otro interrogante: ¿Se acabó la luna de miel y los 100 días de gracia que todo flamante equipo de gobierno debe tener? Por cierto, el intendente Claudio Rossi había manifestado que no iba a necesitar ese tiempo. Lamentablemente, ya pasó. (www.RojasCiudad.net)