Los vecinos del barrio se despertaron con los ruidos de las motosierras y observaron con asombro, incredulidad e impotencia, como los operarios enviados por la Cooperativa Eléctrica talaban directamente un añoso ejemplar de jacarandá que todos los habitantes de ese sector, cuidaban desde que lo plantaron.
Según los vecinos, su indignación nace por el hecho de que según habían informado desde la empresa, iban a podar las ramas que interferían en el cableado, pero luego el resultado fue la destrucción total del árbol que era la única sombra de ese lado del barrio, sobre los límites de los silos.
Seguramente habrá una explicación lógica para esta decisión que tanta pena causa en quienes lo han visto crecer y, lo cuidaban tanto.