Uno de los hechos fue subido a las redes sociales por la propia víctima, con una interesante reflexión sobre la actualidad de nuestra juventud y sus familias. Y más allá que desliza una pequeña observación al accionar policial, pone el acento en la responsabilidad de los padres sobre las conductas de sus hijos.
Este suceso se dio en la esquina de Alvear y Paso, es decir a poco menos de 40 metros del portón de la Comisaria que da sobre Paso. Al lado de donde se está construyendo el mega edificio que concentrara todos los sectores del área de seguridad del Municipio, incluyendo el despacho de su cuestionado secretario, el abogado Miguel Núñez.
Otro de los hechos fue en calle Lamadrid e Hilario Lagos, que no tomo tanta repercusión como este de calle Alvear y Alem, que circuló por las redes sociales y genero un interesante debate de ideas y comentarios por las atinadas palabras de la propia víctima como ya manifestamos.
Lo más lamentable que tal vez pudo darse, de acuerdo a las palabras de otros vecinos del lugar, es que mientras estos vándalos hacían de las suyas, los patrulleros estaban siendo lavados a escasos metros, como pasa todas las madrugadas.
Y esto es responsabilidad directa del secretario, quien está al tanto, ya que ha recibido a una vecina que le dejo sus quejas, por la cantidad de agua y barro que queda luego que los agentes culminan esta tarea de acondicionar los móviles cuando finalizan su turno. Hasta el momento no ha dado señales de solucionar la situación.
Es decir que, con un poco de buena voluntad y sentido común, podría disponer simplemente que los efectivos policiales laven los vehículos en otro lugar, y puedan estar atentos a lo que sucede en sus propias narices.