Emulando las acciones que ha realizado en ese sentido a nivel nacional, su compañero Jorge Triaca, el presidente del Concejo Deliberante de nuestra ciudad, el abogado y edil vitalicio, Leonardo Armellini, brindó la oportunidad de trabajar en el Municipio a dos empleadas de su estudio jurídico.
Si bien esta actitud no es objeto de alguna acción legal, sí es reprochable desde el punto de vista ético, ya que ha utilizado discrecionalmente el poder de su cargo para favorecer a dos personas de su entorno.
No haremos aquí una retórica, condenando este comportamiento en particular de Armellini, ya que su manera de desarrollar la actividad política, le cabe a muchos dirigentes.
Tampoco daremos los nombres de estas dos mujeres que ingresaron a trabajar en la órbita del HCD, ya que ellas tienen el mismo derecho que cualquier ciudadano a conseguir un empleo, sólo que algunos gozan de estos privilegios de estar relacionados con personajes políticos con cierta influencia.
Estamos brindando una información sobre hechos ciertos, incontrastables que ponen en evidencia los dobles discursos de quienes, ejerciendo el poder que la ciudadanía les otorgó con el voto popular, exigen a la población con aumentos impositivos que luego son afectados a cubrir los gastos que pagan los favores que ellos mismos prometieron, como una forma de gestionar la actividad política, que resulta muy difícil de eliminar.
No cambiamos más…