Una mujer del barrio España tomó fotografías del estado de los pastizales y las publicó en las redes sociales pidiéndole al vendedor de autos Osmar Vivero, que se digne a pasar por el lugar y a tomar cartas en el asunto, ya que el Municipio hace campañas contra el mosquito y pide la colaboración de la gente.
“Esto es mi casa... pero esa no es mi agua podrida con arroz y fideos es de mis vecinos a los que el olor a podrido no les molesta, a los que no les importa que la gente que llega se baje en un charco de agua podrida y verdín”, comienza diciendo la mujer y agrega “y esa es la cancha, el lugar en que los chicos de barrio España tienen para ir a recrearse para alejarse de las calles en la que los autos pasan a toda velocidad por una angosta calle bordeada por un zanjón que recorre el barrio de punta a punta sin ninguna mantención ni aseo”.
La vecina dice además “ya no pretendo que entuben, ni lo sueño, tampoco que me corten el pasto en la vereda, lo corto yo hace años” y añade “arreglen la calle, conozco de memoria los pozos, acá las boletas de los servicios no llegan, pero sí llegan los políticos a tocarte el timbre para buscar un votito”.
“Acá el patrullero no pasa pero sí vienen los pibes a fumarse unos porritos entre los yuyos de un metro, acá los que vienen de afuera a usurpar tienen más derechos que uno que cuida lo poco que tiene y lucha para hacerlo crecer”. La mujer indignada cuenta que “a mí no me escuchan cuando llamo y llamo para denunciar el cañito roto o a la que tira agua a la calle todo el día”.
“Claro, acá te escuchan cuando te les instalás en la Municipalidad a pedir un plancito para zafar y que te paguen la luz y la garrafita, y te escuchan cuando sos el kevin y la yeni con seis chiquitos para cobrar la asignación”.
“Me estaría importando muy poco todos estos garcas, porque no importa de qué color pintan la placita o qué cara está en los carteles, no importa si Rojas es tuya, si cambiemos o si somos pro. Son todos iguales, pero muchachos sean más disimulados, afanen, llévense todo a casita ustedes, sus primos y toda la parentela y sigan regalándole a esta gente la ciudad”, opina ofuscada la mujer y finaliza diciendo “por qué no se van todos bien ya saben dónde... y no lo voy a decir yo porque yo sí fui a la escuela”.