Otra vez han caído dos gotas de lluvia, literalmente y, la calle Diego Trillo en su intersección con la esquina de Polonia, donde comienza el Barrio Covendiar II, se llena de agua por la gran cantidad de pozos que tiene.
Y también como sucede cada vez que pasa esto, el agua tarda muchos días en retirarse, lo que complica a quienes viven en las cercanías, ya que continuamente están con barro en sus vehículos.
El Club Argentino ve alterada la rutina de sus prácticas deportivas, debido a que esta laguna artificial divide en dos la cancha principal del predio donde realizan la mayoría de los entrenamientos los equipos de futbol y hockey.
Pasan las gestiones de gobierno y Diego Trillo sigue olvidada, quizás cuando culminen las obras de desagüe que se están realizando hacia la Avenida Bicentenario, puedan acomodar el estado de la calzada, aunque más no sea para que erradicar los pozos y que el agua no se acumule.