Barrio el Progreso

Vanesa Miranda, dirigente de Junín: "Petrecca no me recibe porque no tiene respuestas para darme"

Vanesa Miranda, con 18 años recién cumplidos dejó Vedia y se instaló en Junín.
Vanesa Miranda, con 18 años recién cumplidos dejó Vedia y se instaló en Junín.
Sede de la Sociedad de Fomento del barrio El Progreso, ubicada en Dr. Marrul y Carlos Gardel.
Sede de la Sociedad de Fomento del barrio El Progreso, ubicada en Dr. Marrul y Carlos Gardel.

El barrio no es para cualquiera afirma el Semanario de Junín en una nota reciente. Quien haya vivido desde adentro el complejo universo de la política o militado para alguna agrupación, puede dar fe.

Poner los pies -y el cuerpo- allí donde todo es necesidad resulta una tarea tan ardua como gratificante para quienes logran ganarse la aceptación y el respeto de sectores acostumbrados a convivir con la desidia política y el constante olvido por parte de los gobernantes.

Se trata de un compromiso que poco tiene que ver con los flashes de la exposición mediática o las ocasionales visitas de los candidatos en épocas de campaña y que, por el contrario, se construye desde el anonimato y día a día.

En octubre de 2016, y tras siete años de trabajo ininterrumpidos en La Loma (como también se lo conoce al Progreso), fue elegida presidenta de la sociedad de fomento por los propios vecinos del barrio luego de que la misma quedara acéfala tras la salida de la última comisión directiva.

Hoy, a pesar del contexto de ajuste que atraviesa el país y de las políticas económicas regresivas que golpean a los sectores populares, Vanesa Miranda afronta el desafío y redobla la apuesta: es la referente indiscutida de un barrio que recuperó su dignidad a fuerza de trabajo y organización.

Aunque el 27 de octubre termine sus dos años de presidencia al frente del barrio, Miranda reconoce que “la idea es que sigan los jóvenes, aunque hay varios que quieren que continúe. Lo ideal es que sigan trabajando, además porque yo no estoy viviendo en el barrio”, pero también puntualiza que “a Osvaldo Giapor le gustó cómo trabajamos y era partidario de que siga dos años más”.

“Me gustaría mucho continuar la actividad, porque ya estoy habituada con los trámites que hay que hacer ante las distintas dependencias”, reconoce.

Es una fomentista todo terreno, siempre al pie del cañón para salir corriendo ante las necesidades de sus vecinos, que son muchas y cada día se acentúan más.

El trabajo es a pulmón: recién después de mucho bregar, hace quince días el municipio colocó las aberturas de la sede fomentista, un lugar esencial para el barrio donde se programan actividades para todas las edades y funciona el comedor “El Potrerito” y un roperito.

Ubicado al oeste de la ciudad y delimitado por las calles Dr. Possio, Lugones, José Hernández y Camino del Resero, el Progreso es uno de los barrios que mayor crecimiento demográfico ha evidenciado en los últimos años. Un incremento poblacional que desnudó graves falencias en materia de infraestructura en un sector donde hacen falta inversiones en servicios esenciales como vivienda, cloacas, luz y gas.

En una charla con Semanario, Vanesa Miranda cuenta cómo fueron sus dos años de fomentista al frente del barrio Progreso, qué espera, cómo son las relaciones con el municipio y hasta se anima a responder si le interesaría incursionar en política.

— ¿Cuál es el balance que hacés del trabajo desarrollado en estos dos años y los logros obtenidos?

— Como cuestión primordial estuvo acondicionar la sede de la sociedad de fomento: pudimos arreglar los sanitarios, con inodoros nuevos; pintamos, pusimos la luz y por último los vidrios a las ventanas, que tanto habíamos pedido.

— ¿Cómo se fueron manejando las tareas a raíz de la crisis económica y social que se vive en el país?

— Hace poco tuvimos el inicio de las actividades en el comedor “El Potrerito”, ya está en funcionamiento. Desde principios de año veníamos viendo esta necesidad, por eso le alcanzamos un proyecto a las autoridades municipales y del Cuadrante que se denominó “Progresando”, que incluía este comedor y un roperito, que notábamos que iban a ser muy necesarios.

Hace poco comenzamos ya con el comedor, porque pudimos lograr el envase de la garrafa, una cocina que donó Casa Bringeri, las mesas y sillas, la leche, una panadería que aporta las facturas y también los jubilados de la Multisectorial.

La crisis es en todos lados, pero en los barrios más periféricos y humildes se siente más. Por ejemplo, según un censo que se realizó, estos últimos años hay más desocupación en el barrio Progreso.

La cuestión es que se fue precarizando el empleo y en vez de trabajar de corrido en albañilería, por ejemplo, ahora están dos meses en una obra y después están quince días sin encontrar nada.

— ¿Cómo es la relación con el municipio?

— Al principio fue buena. Yo me acerqué con ese proyecto “Progresando” para marcar los puntos sobre lo que hacía falta en el barrio, pero nunca tuve respuestas.

Después me acerqué con Marisa Ferrari (secretaria de Acción Social), por el tema de los calzados de los chicos, que en muchas familias no todos tienen, para ver si a través de la Iglesia o de qué manera podríamos ayudar, pero tampoco hubo respuestas.

Nosotros hicimos una colecta de útiles escolares que luego pudimos repartir, porque se venía esta crisis difícil, pero desde la Municipalidad es muy poca la ayuda que recibimos.

En mi caso, participé de reuniones con la cúpula policial, las del Cuadrante Noroeste con la presencia de todas las sociedades de fomento del sector, estuvimos en la cena de cierre de año representando al barrio… acompañábamos a todas las invitaciones, pero por nuestro lado no teníamos respuestas nunca. Así que dejé de participar de actos oficiales.

El 27 termino mi mandato y recién hace quince días que pusieron las aberturas en la sede. Tardaron porque las hicieron en un taller de herrería para que los chicos aprendieran, así que quedaron un tanto desprolijas.

— ¿Creés que esa falta de apoyo se debe a tu posición política o se trata de una conducta general que tiene el municipio?

— Es general. Saben mi ideología, pero cuando estaba Cristina Cavallo como directora de Relaciones Institucionales andábamos bien, también hablé con Daniel Pueyo en Deportes y con Cultura. Siempre estuve acercándome para ayudar, porque es un trabajo para beneficiar a los vecinos, ya que el fomentismo es dejar tiempo propio para los demás.

Lo que pasa es que cuando no hay respuestas y uno empieza a marcar las necesidades del barrio, se van alejando.

Esto le pasa también a 19 sociedades de fomento que armaron una lista aparte para competir contra Osvaldo Giapor. Nos seguimos reuniendo con lo que se armó y sin tener respuestas, pero no es una cuestión política sino que el municipio se guarda la plata. Hay muchas obras que están paradas.

— ¿Cómo viene la obra del Cuadrante?

— Está detenida. El proyecto incluía cultura, talleres, tecnología, apoyo escolar, alfabetización, deportes, de todo… pero ya se van a cumplir tres años de gobierno, con un proyecto que ya estaba armado desde la gestión anterior.

El CIC todavía no tiene aberturas, no está pintado, le faltan los techos, muchísimas cosas… pero mientras tanto, yo le decía al Intendente por qué en vez de gastar 77 millones en el Cuadrante, primero no empezaban por las sociedades de fomento y esos talleres se podían dar ahí. Había otras posibilidades para ahorrar esa plata y fortalecer a las sedes barriales.

— ¿Cómo funciona el comedor en Progreso?

— Recibimos 43 personas por día. Como hasta ahora no se habían puesto las ventanas, lo hacíamos en la casa de un vecino que tuvo la iniciativa.

— ¿No tuviste reuniones con el Intendente?

— Creo que ya hay un capricho de por medio. Hay mucha gente que intercede pero no me la quieren conceder. Cuando empezaron a juntarse con todos los barrios, Mariano Spadano me dijo que ya me iban a llamar, pero me reconoció que no estábamos en la agenda después de mucho insistir.

No quiere recibirme porque no tiene respuestas. Sabe que no dará respuestas a lo que le tengo que pedir: viviendas, el tema de la luz y la falta de trabajo.

Lo único que me dieron fueron stickers para pegar con la leyenda “Denuncie al 911 si hay usurpaciones”. No los voy a pegar, porque primero me gustaría saber qué solución le damos a esa gente que no tiene dónde vivir.

Ellos en los archivos tienen solamente los pedidos desde 2010 en adelante, pero hay gente que pidió un lote desde mucho antes. La emergencia habitacional en Junín está desde 1993, así que como fomentista qué puedo decirle a los que no tienen dónde ir a vivir y sacarlos del lote donde se instalaron.

Si el municipio no puede dar una alternativa en estos casos, los fomentistas no podemos hacernos responsables, sacarlos y llamar a la policía. Quieren usarnos para poner la cara y hacer esa tarea.

Me dijeron que el Intendente estuvo viviendo con sus padres hasta los 33 años, cuando acá en el sector que está entre Progreso y San Jorge, hay casas de chicos de 21 años que ellos mismos construyen a pala y materiales. Todo está hecho a pulmón.

No tiene respuestas para darnos, como los otros 19 barrios, porque no tiene y no quiere darnos soluciones para la gente.

— ¿Cómo está el tema de la luz?

— Hace un tiempo estuvo el gerente de EDEN pidiéndole a la gente que ponga los medidores inteligentes. Esto significa que tendrán un subsidio de 700 pesos, pero solamente para aquellos que no tengan moto ni auto. Pero la realidad es que todos los vecinos tienen una moto, porque si no sería imposible movilizarse desde el barrio. Por eso, no pueden beneficiarse con ese subsidio.

Después, si se consume más de una cantidad estipulada de luz, debe pagar el resto.

Acá hay muchos bajones de tensión, yo quisiera saber si alguna vez la empresa reconoció un televisor o cualquier electrodoméstico que se quemó.

Por eso, los vecinos no quieren esos medidores inteligentes. Quieren pagar pero no pueden, así que esperamos la situación del año próximo. Por eso, una empresa tan grande viene a ofrecer una mentira.

— ¿Te gustaría participar en política?

— El año pasado me había convocado Carlos Vozzi, me pareció interesante aunque sabía que no iba a llegar por el lugar que ocupaba en la lista. Creo que en el peronismo hace falta otro tipo de gente, una renovación.

Ahora los dirigentes se aburguesaron, está difícil sacar algo de todo esto. Por eso, calculo que estaré apoyando a quien más se acerque a la gente y pueda cambiarle la realidad.

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