Ahora son hasta los terceros en discordia, los dirigentes del Acuerdo Cívico los que dicen conocer más de dos encuestas, a las que otorgan veracidad, que marcarían una leve supremacía de De Narváez en la cosecha de votos. En
POLARIZACION Y EMPATE
Pero cuentas complementarias al margen, la mayoría de los sondeos -acertados o no- que se manejan en los ámbitos políticos bonaerenses están mostrando a esta altura un virtual empate.
La lectura coincidente de las encuestas en danza, por lo demás, señala una profundización del proceso de polarización iniciado hace dos semanas, con un crecimiento del candidato de Unión-Pro en desmedro de la cosecha de votos de la postulante del Acuerdo Cívico, Margarita Stolbizer.
Desde esos datos, en los campamentos de campaña se preparan para jugarse todo en el último tramo, redoblando algunas estrategias y cambiando otras.
MAS AGRESIVIDAD Y
En el oficialismo, la preocupación ha ido en franco aumento. En Olivos desempolvan spots televisivos que en principio habían dejado de lado y se caracterizan por ser abiertamente más agresivos que los utilizados hasta ahora. Es probable que sus próximos mensajes hablen más de lo que consideran desaciertos de los adversarios que de las virtudes propias. Apuntarán a De Narváez, pero también a Mauricio Macri
De cualquier manera, y mientras en la oposición esperan la aparición de nuevas "denuncias" contra la cúpula de Unión-Pro, en el oficialismo ya hablan de apelar a la bala de plata. Y para más de uno, ese último recurso consiste en que Kirchner vaya el jueves a Gran Cuñado. Que vaya y que salga airoso de su intervención en el programa, advierten, aunque creen que a esta altura el ex Presidente debería correr el riesgo.
La mayor dificultad reside en el propio Kirchner, que no dudó, en un encuentro con intelectuales afines al Gobierno, en criticar a los políticos que pasaron por Showmatch, incluso cuando ya habían estado en el programa dos hombres que comparten su lista, Scioli y el jefe de Gabinete, Sergio Massa. Sin embargo, quienes lo conocen dicen que el ex Presidente ha tomado nota del "rebote" que tiene en la calle su personaje en Gran Cuñado y se dicen convencidos de que, si las encuestas lo indican como necesario, el jueves estará junto a Marcelo Tinelli.
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De Narváez, por su lado, cree que su tránsito del estado de empate a la victoria depende de su definitiva instalación en el electorado independiente. Y se prepara para profundizar en ese segmento su cosecha de votos. El candidato se mostrara así en lo que resta de la campaña cuantas veces pueda con Macri y con la candidata porteña de Pro, Gabriela Micchetti, y mucho menos con el peronista Felipe Solá, en busca de convencer, desde ese perfil, a los últimos indecisos y a más de un antiperonista que hasta ahora esté pensando en inclinarse por el Acuerdo Cívico.
En el Acuerdo, en tanto, radicales y aristas están al borde de la desesperación por la fuerte caída del caudal de votos que viene registrando Stolbizer. Nadie cree ya en ese espacio que sus adversarios desarrollan una estrategia de encuestas truchas como denunció Elisa Carrió hace unos días. Reconocen una pérdida de inserción aún en el interior.
CONCENTRANDOSE EN UN UNICO BLANCO
Esta situación ha desatado una aguda discusión en el seno del Acuerdo sobre cómo encarar la última semana de campaña. Un sector propone profundizar el mensaje orientado a mostrar al kirchnerismo y a Unión-Pro como "dos expresiones del peronismo falsamente distanciadas y listas para no ocultar que son lo mismo apenas pase el comicio". Pero otros dirigentes consideran que esa estrategia ya está agotada.
No es ésa la única discusión, con todo, sobre cómo buscar una remontada desde el piso actual. Algunos dirigentes del Acuerdo Cívico propician un final de campaña que, olvidándose de Kirchner y el Gobierno como el "gran adversario", se concentre en disparar toda la artillería pesada disponible sobre De Narváez. Pero tampoco en esa estrategia están todos de acuerdo y algunos la rechazan totalmente.
Todos, en fin, se preparan para lanzar los últimos misiles.(Fuente: EL DIA)