Lamentablemente, el tránsito es un reflejo de la hipocresía con la que los seres humanos nos manejamos en la mayoría de las cuestiones que hacen al respeto de las normas más básicas que nos permitan vivir en una sociedad respetuosa de los derechos de cada uno.
Que en lenguaje popular quiere decir, no nos jorobemos entre nosotros mismos.
Este miércoles 25 de octubre, en horas de la mañana, se pudo observar cómo la dársena de la Biblioteca Municipal permaneció bloqueada para su utilización por conductores que no tuvieron ningún pudor en dejar sus vehículos allí estacionados.
Como siempre repetimos cada vez que tratamos el tema en nuestra ciudad, se supone que estos ciudadanos, deben advertir que están cometiendo una infracción.
Es decir que no sería necesario que un inspector tenga que llamarle la atención por su comportamiento, porque de ser así, volvemos a decir, habría que tener un agente de tránsito por cada habitante.