LA PLATA, Febrero 23.-(Por JOSE PICÓN) Dicen que la discusión fue áspera, con posiciones fuertemente enfrentadas en torno de si persistir en la idea de “invitar” a Sergio Massa a competir en la interna del PJ o dar por clausurada esa posibilidad y abrir la puerta para que los candidatos del oficialismo se definan en las primarias del año que viene.

Esta última visión pareció terminar imponiéndose en la cena que el viernes por la noche se sirvió en un restaurante de Santa Teresita, en lo que fue la rosca previa al plenario ampliado que el peronismo bonaerense celebró ayer a orillas del mar. La idea del “vía libre” para que se anoten los que quieran competir por la candidatura presidencial y a gobernador, fue el dato clave que surgió de la cita peronista-kirchnerista.

Algunos lo dijeron públicamente como el senador Aníbal Fernández, y otros lo reafirmaron en las charlas privadas previas a la elaboración de un documento final de previsible apoyo al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

JUEGO PARA TODOS

Ese esquema, en rigor, sería el verdadero operativo contención que busca desplegar por estas horas el oficialismo para frenar la llegada de dirigentes de su propio cuño al campamento de Massa: alentar la participación de todos los sectores en las primarias que definirán los candidatos del FpV para 2015.

“Les van a dar juego a todos. Van a salir Domínguez, Urtubey y Randazzo, como ya lo hizo Uribarri”, se evaluaba tras el encuentro peronista. Esta modalidad de contención le cae de perlas al gobernador Scioli y sus aspiraciones presidenciales. “Es lo que viene pidiendo Daniel, que haya internas”, repiten cerca del mandatario. Convencidos de que podrán pasar sin sobresaltos la etapa de las Paso, hasta evalúan beneficios adicionales.

“Vamos a salir fortalecidos no sólo por el triunfo, sino porque le vamos a ganar en la interna a los D’Elía y a La Cámpora”, analizan con cierta dosis de chicana en la Gobernación. A tono con esa decisión, por estas horas el oficialismo bonaerense asiste a una catarata de definiciones de respaldos y lanzamientos encubiertos.

No pocos dirigentes interpretan el acto que desarrollarán mañana en Ensenada varios sectores ultra K, como el puntapié inicial para empujar una candidatura bonaerense del presidente del bloque de diputados provinciales, Fernando “Chino” Navarro. Y un plenario que encabezará el vicegobernador Mariotto el miércoles, al que invitó a Uribarri, también es leído como parte de la estrategia del vice para apuntalar su intención de suceder a Scioli.

 La cumbre, por otra parte, dejó algunas perlitas, de esas que ayudan a comprender ciertos reacomodamientos que se están generando en el oficialismo. La ausencia de Martín Insaurralde fue uno de los datos llamativos. El ex intendente de Lomas de Zamora y actual legislador nacional le dio la espalda a la convocatoria auspiciada por Espinoza. Fue, se dice en el PJ, un pase de facturas al dirigente de La Matanza por haberle retaceado apoyo a la intención de Insaurralde presidir el Congreso partidario.

 Pudo, quizás, influir otra cuestión: ambos buscan ser candidatos en la Provincia y van encaminados a chocar en la interna. En los corrillos peronistas tampoco pasó desapercibido el arribo tardío al cónclave de Julián Domínguez. “Fue para no encontrarse con Scioli que se fue antes para ver a Gioja en San Juan”, dijeron algunos de los asistentes al mitin oficialista, quienes recordaban los chispazos que el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación supo mantener con el sciolismo.

La ausencia del ministro Florencio Randazzo, en cambio, recogió explicaciones contradictorias. “Se cumplían dos años de la tragedia de Once y acá estaba lleno de periodistas”, era una de las razones que se esgrimió para explicar el faltazo del ministro de Transporte y posible candidato presidencial.

MASSA, AL CRUCE

Por su parte Massa, a su estilo, buscó dinamitar el operativo contención lanzado desde el peronismo con el anuncio de un nuevo pase a sus filas de un senador provincial que arrebata al FpV en la Cámara alta la primera minoría. El massismo promete extender la sangría en los próximos meses para quedarse, aseguran, con el control del Senado.

Mientras, en Tigre ultiman detalles del arribo de otro intendente todavía enrolado en las huestes K. “Va a hacer ruido”, prometen enigmáticos. La mira del Frente Renovador no sólo apunta al kirchnerismo.

El rastreo de alcaldes también se produce en las playas del radicalismo, donde fueron pioneros en pegar el salto Mario Meoni (Junín) y Gustavo Posse (San Isidro). Se habla por estas horas del posible arribo de Walter Santalla, el intendente de Ramallo con buena llegada a dirigentes de la UCR que trabajan desde hace meses con Massa. No es el único nombre en danza de origen radical, se comenta, que podría pasarse al massismo.(Fuente: EL DIA)