La provincia

Tensiones extremas

Por Marisa Alvarez
Por Marisa Alvarez

LA PLATA, Mayo 03.-A una semana del vencimiento del plazo para la presentación de las candidaturas, la política bonaerense se ha convertido en un conglomerado de polvorines, en los que abundan los fósforos y escasean las medidas de seguridad. Sin embargo, aunque el clima se torna de a ratos irrespirable, en los espacios opositores las cosas no irían más allá de las tensiones propias del siempre despiadado reparto del poder. En cambio en el oficialismo, al voltaje típico de estos procesos se suma un profundo estado de revulsión y un dato saliente: cada táctica que se va desplegando es recibida por el grueso de la dirigencia con pesimismo, cuando no con abierto fastidio.

 

Un clima de irritación, desacuerdos, dudas e incertidumbres domina, en efecto, el paisaje del peronismo kirchnerista bonaerense, profundizado por las encuestas que muestran escasa "luz" de diferencia a su favor en el total general de la Provincia y que le pronostican derrotas contundentes en algunas regiones para la elección de legisladores provinciales.

 

Los sondeos son tan concluyentes que en la Gobernación ya dan por perdidas las mayorías en la Legislatura, aunque siempre haya quienes esperan un milagro. Una aceptación dolorosa, en la medida que el gobernador Scioli inició la campaña en apoyo a su propia candidatura "testimonial" a diputado nacional fundándola en el objetivo capital de mantener esas mayorías "para garantizar la sanción de leyes especiales que exigirá -según sus palabras- la crisis global"; objetivo que vinculó entonces con la "gobernabilidad".

 

Con todo, cerca de Scioli ya trabajan para reponerse de ese golpe. Dicen que "la capacidad de diálogo y la vocación por el consenso" del Gobernador "le permitirán sortear la dificultad" de llevar adelante dos años más de mandato con la Legislatura dominada por la oposición. Ahora el objetivo capital es el triunfo de la lista en la que secundará a Néstor Kirchner.

 

Por eso, la estrategia de que los intendentes y dirigentes con peso territorial encabecen, con candidaturas "testimoniales", nóminas a legisladores provinciales o a concejales, no sólo no cede sino que se ha profundizado, con Kirchner y Scioli a cargo de la tarea de "persuasión personalizada" sobre algunos jefes comunales.

 

Es que, a casi un mes de lanzada la consigna y a seis días del cierre de las listas, los intendentes no asumieron una postura en bloque, ni siquiera en el Conurbano, donde al principio se escucharon algunas eufóricas postulaciones "testimoniales". El último informe reservado de situación, que circula entre los propios jefes comunales, dice que, sobre la treintena de intendentes de la región que concentra a más del 70% del electorado bonaerense, una decena no prestará sus nombres para las listas de concejales. Y entre los considerados alineados con la estrategia habría sorpresas: Raúl Othacehé (Merlo), Mario Ishii (José C. Paz) y Hugo Curto (Tres de Febrero) ubicarían, en realidad, a sus esposas al frente de esas nóminas.

 

En el interior, -conflicto del gobierno nacional con el campo de por medio-, no pasaría de una docena la cantidad de intendentes que asumirán candidaturas "menores" -"testimoniales" o reales- y Kirchner y Scioli prácticamente han desistido de convencer al resto. Con una excepción: se preanuncian derrotas tan catastróficas en las secciones electorales Quinta y Sexta -con epicentros en Mar del Plata y Bahía Blanca respectivamente- que los intendentes de esas dos ciudades, el vecinalista Gustavo Pulti y el peronista Cristian Breitenstein, se han convertido en el eje de todos los "esfuerzos" del oficialismo para convencerlos de que sean candidatos "testimoniales" a legisladores provinciales por esas secciones.

 

En la Quinta Sección, donde se ponen en juego cinco bancas del Senado bonaerense, el oficialismo está tercero según todas las encuestas, sin llegar al piso necesario para conseguir representación. Y en la Sexta, donde se eligen 11 diputados, también se ubica en tercer lugar y obtendría apenas un par de escaños. Las presiones sobre Pulti y Breitenstein, que tienen muy alta imagen positiva en sus comunidades, entonces, se vinculan con mejorar esas chances -aunque sin ilusiones de cambiar la historia- y, sobre todo, con generar una tracción de votos extra hacia la lista que encabezarán Kirchner -con una intención de voto de un dígito en esas dos ciudades- y Scioli.

 

Pero Breitenstein y Pulti ya tomaron idéntica y definitiva decisión. No serán candidatos. Se dicen convencidos de que sus postulaciones significarían inútiles inmolaciones políticas, porque no modificarían en nada la situación ya dada y podrían aún agravarla, desde que casi el 90% de sus comunidades rechaza las candidaturas testimoniales.

 

En rigor, la convicción de estos dos dirigentes se impone en todos los ámbitos del oficialismo bonaerense, a partir de las encuestas que revelan que la candidatura "testimonial" de Scioli le habría aportado apenas entre 1,5 y dos puntos a la cosecha individual de votos del ex Presidente.

 

En esa visión, y en la generalizada resistencia que genera la orden de ser candidato "testimonial", reparan los observadores que consideran "llamativo" que la conducción del PJ bonaerense no se haya expresado aún orgánicamente en favor de esas postulaciones. Aunque en ese ámbito anida un tironeo particular. El propio presidente del partido -a la sazón, el Vicegobernador- preferiría no ser candidato a nada o, en el peor de los casos, postularse a diputado nacional, mientras crece en la Gobernación y en no pocas intendencias la idea de que Balestrini "debería" encabezar la lista de diputados provinciales de la poderosa Tercera Sección (sur del Conurbano).

 

En este clima, ya casi no hay táctica lanzada desde Olivos que no merezca cuestionamientos en la dirigencia peronista. Muchos sostienen que la candidatura de Nacha Guevara no suma votos. Y la mayoría cree contraproducente la nueva ofensiva de los Kirchner, la apelación al miedo que contiene la consigna que, sintetizada, plantea algo así como "el kirchnerismo o el caos". Pero hay, también, en este clima, un dato saliente: nadie le ha planteado hasta ahora estas críticas a Kirchner. (Fuente: EL DIA)

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