En la tarde del jueves 15 de marzo, fuimos testigos de un hecho notoriamente condenable, puesto que un comercio ubicado en pleno centro vendió a una criatura una gaseosa, cuyo vencimiento había sucedido en la fecha.
Ante el reclamo, en el negocio se negaron a cambiarle el producto, como así tampoco tomaron seriamente la manifestación de la pequeña sobre la existencia de turrones con fechas vencidas que estaban en las góndolas.
No se pretende con esta situación generar más problemas a los que ya sufren los comercios locales, en este contexto de aumento de tarifas, alquileres, impuestos y caída en el consumo, pero quizás se debiera reflexionar, ya que la salud de la comunidad y en especial de los niños, no puede ser objeto de ninguna especulación.
Y para cerrar, un llamado de atención a las autoridades correspondientes, para que pongan más énfasis en los controles.