Hace ya más de veinte días que una pequeña de dos años recibió serias lesiones de las que milagrosamente se pudo recuperar.

Con este grave suceso, parecía que se había llegado a una instancia en la cual todas las partes involucradas se ocuparían seriamente del tema, acompañando propuestas que tengan como valor principal, la preservación de la vida.

Se estuvo tan cerca de la tragedia irreparable con esta niña que, provoca el siguiente cuestionamiento: ¿Hasta cuándo vamos a estar jugando a la ruleta rusa con la vida de todos?

Mientras seguimos discutiendo y todos creen tener razón, no se toma ninguna medida desde quienes tienen el poder de decisión, es decir las autoridades actuales. Deben hacerlo imperiosamente, sin importar en esta emergencia quien se moleste.

Precisamente se ha llegado a esta actualidad por querer quedar bien con Dios y el diablo, y no debemos especular con que siempre el primero nos ayudará.

En estos nuevos casos, denunciados en las redes sociales, se pone nuevamente de manifiesto que seguimos lejos de una solución.

Uno de ellos lo sufrió el profesor de Educación Física Martín Ferrari, quien fue agredido al pasar con su moto por una plaza.

Y el ultimo lo vivió el vecino Luis Ferreyra, con su pareja y su pequeña niña, en la esquina de Iribarne y Presidente Perón. Como consecuencia del mismo tuvo que recibir sutura en uno de sus pies.

Milagrosamente, Luis pudo controlar la estabilidad de la motocicleta y, al no caer, evitó que la mujer y su hijita sufrieran alguna herida.

En las publicaciones de ambos se planteó un interesante debate que puede resultar de utilidad a las autoridades, que son los que deben tomar decisiones en forma urgente.

El único que reaccionó fue el delegado local de la Defensoría del Pueblo, Ramiro Baguear, quien convocó a una reunión con todos los sectores, quedando pendiente como resultado de la misma la presentación de una planificación por parte del Ejecutivo municipal, que aún no se concretó.

Lo que se ha anunciado, es la creación de un centro de zoonosis que estará a cargo del veterinario Sergio Di Prinzio en el actual refugio canino. Este funcionario también tiene bajo su órbita la cuestión ambiental, sobre la cual no desarrollo hasta el momento, ninguna política concreta con el tema basura y basural. Y esto lleva a una lógica y realista conclusión;  no puede con un tema, no podrá con dos.

Y lo más dramático es que son dos cuestiones fundamentales para garantizar la calidad de vida de toda la comunidad.

Para terminar,  repetimos que  queda clara la exigencia de la sociedad a las autoridades para que se ocupen activa y seriamente de la cuestión. Y para quienes tienen una mascota, una toma de conciencia de que son absolutamente responsables por sus acciones.

Nuestros saludos y deseos de pronta recuperación para estos dos buenos vecinos.