Días pasados mantuvimos una charla con Carlos Salinas, profesor de educación física de larga y fructífera trayectoria en el ejercicio de la docencia en nuestro distrito.
Desde diciembre de 2013 ocupa el cargo de Consejero Escolar en representación del Frente Renovador.
Atento a la realidad que va marcando la agenda política, el tema casi excluyente de la conversación giró en torno al conflicto salarial que enfrenta al Gobierno nacional y Provincial con los docentes.
Y a continuación, transcribimos sus reflexiones acerca de esta temática:
“Lamentablemente tenemos que hablar de educación, desde la óptica salarial. Cuando la educación es un tema central y fundamental de formación, de construcción, de fortalecimiento social. La educación habla de un país.
El reclamo salarial docente es un reclamo justo y valedero pero que ningún gobierno, hasta la actualidad, ha reconocido la real jerarquía del docente.
Los legítimos reclamos que planteen los docentes respecto a recomposición salarial, pagos de sueldos adeudados, cargos y reformas en infraestructura, que deberían ser escuchados y atendidos con suficiente antelación, para así prevenir los continuos conflictos gremiales que todos los años terminan impidiendo el comienzo de los ciclos lectivos en tiempo y forma, no se escuchan, no se atienden y se vuelve a repetir la historia, todos los años lo mismo.
Hoy, particularmente, creo que esta situación archi-repetida en el devenir de los años es una cortina de humo que sirve para tapar otras situaciones más profundas que nos involucran ABSOLUTAMENTE A TODOS LOS ARGENTINOS… Total, en el mientras tanto, se les pega a los docentes, se los desacredita, se los juzga sin ningún reparo, sin tener en cuenta que son trabajadores de la educación, actores fundamentales de seguir sosteniendo la única institución que queda en pie, y que aún no han podido derribar los continuos golpes de una sociedad en constante cambios.
Evidentemente, en un sistema educativo tan complejo como el que tenemos en la provincia de Buenos Aires, será necesario optimizar controles desde la administración central, evaluar prácticas administrativas que quizás se encuentren desactualizadas y llevan a mal gastar tiempo y esfuerzo quitando productividad a la práctica docente.
Además siento que, si realmente apuntamos a mejorar nuestra educación, que es de todos, como docentes, tenemos que hacer un análisis interno personal para visualizar, si nuestras obligaciones las estamos cumpliendo como realmente debe ser.
Estoy totalmente convencido que la mayoría de los docentes dejan partes de sus vidas en las aulas de sus escuelas”.