Lo están haciendo en su gran mayoría, utilizando las redes sociales para, ya no solo manifestar su malestar por las cifras facturadas, fuera del alcance de los salarios actuales de cualquier trabajador; sino también para ver la posibilidad de juntarse para realizar una protesta masiva frente a las oficinas de CLYFER.
Esta Cooperativa pretende desligarse de estas boletas totalmente fuera de la realidad económica que vive la ciudadanía, escudándose en que los aumentos son dispuestos por la autoridad política, en este caso de la Gobernación bonaerense, lo cual es cierto.
Pero esa es la mitad de la verdad, la otra es que, en primer término el fallo que dispuso ese aumento aún no está firme.
En segundo lugar que, ni siquiera analizaron la posibilidad de una aplicación gradual o también porque no dada la cantidad de empleados que tienen, analizar cada caso en particular para poder gestionar alguna tarifa social.
Tercero, precisamente la desigualdad que se crea con los asalariados rojenses al tener que soportar el costo de que los consumos de electricidad de toda la planta de empleados y directivos de la Cooperativa que disponen gratis de este vital servicio.
Cuarto y que, se hace cada vez más evidente; financian con la facturación de la electricidad, emprendimientos que han sido deficitarios desde sus inicios como los servicios de internet y la TV por cable. El primer servicio ha sido de tan mala calidad que casi no le quedan clientes.
Quinto y, tal vez lo que provoca más irritación en la población, es como con el paso del tiempo se ha ido desvirtuando su esencia, faltándole el respeto a su propia historia y la de quienes participaron de su creación; ya que está a las claras que se ha convertido en un coto cerrado de acceso a un puesto de trabajo que está disponible solo para los familiares y en algunos casos de amistades muy profundas, con sueldos que triplican el algunos casos a los que percibe cualquier trabajador que desempeñe una tarea similar y con las mismas cantidad de horas.
Un sexto punto lo constituye la comparación con iguales consumos, con las boletas que reciben los vecinos de las ciudades vecinas, como Junín y Pergamino, donde abonan mucho menos que aquí.
Indudablemente son muchos los puntos que merecerían un serio análisis por parte del concedente (Municipio), pero para ir cerrando podemos mencionar que sus directivos se jactan en todas las últimas declaraciones públicas que la Cooperativa está pasando por su mejor momento económico, por lo cual entonces, si los guiara uno de los preceptos del cooperativismo, la solidaridad, deberían arbitrar los medios a su alcance y realizar los ajustes internos que sean necesarios para bancarse estos desfasajes actuales de aumentos, por lo menos como un gesto momentáneo hacia toda la comunidad que ayude aunque mas no sea a, como se dice popularmente, capear el temporal.
Un poco de sensibilidad y sensatez no vendría mal.