Mientras el Director de Tránsito estaciona donde quiere

¿Los inspectores controlan este tipo de situación?

Auto mal estacionado.
Auto mal estacionado.

¿Dónde están los inspectores? El tránsito sigue siendo un caos. Rojas es la capital de las infracciones porque nadie controla. Autos mal estacionados, cruces de semáforos en rojo, alta velocidad, motos con escapes libes y hasta motocicletas de la policía sin patente. En la imagen se muestra un vehículo negro sobre el estacionamiento para el transporte de personas con capacidades diferentes.

Volvemos a poner sobre el tapete que Rojas es una ciudad que no logra ser ordenada por el Municipio en materia de tránsito, al margen que el Director Municipal de Transito estaciona donde quiere y como quiere.

La actual gestión se ha excedido en la delimitación de estacionamiento para motos en vez de controlar las que verdaderamente pueden y deben circular por las calles, siempre en el marco de la ley. Camiones con acoplado cruzan la Avenida 25 de Mayo a cualquier hora y nadie parece detener la marcha de su conductor.

Vale informar, por si alguno no sabe, en la esquina más céntrica de la ciudad (donde se encuentra el Banco Nación) hay una cámara domo que conecta directamente con el Centro de Monitoreo para advertir estas anomalías.

A 7 meses de la era Claudio Rossi, puede decirse que es un fracaso la política en materia de tránsito si se tiene en cuenta los siguientes ítems.

Se convirtió en Secretaría el área de Seguridad y ello implica elevar su rango, más presupuesto y más personal a disposición como el de una secretaria como filtro; se amplió la cantidad de miembros del cuerpo de inspectores; se labran actas para multar sin previo aviso, lo que implica un afán netamente recaudador; y no hay una planificación para atacar el problema.

El secretario de Seguridad, el inefable abogado penalista Miguel Núñez, parece no encontrarle la vuelta al tránsito en Rojas, máxime cuando su subalterno, el Director de Transito, estaciona su auto donde quiere y como quiere. Hace de algo que pareciera tan sencillo se convierta en una tarea caótica.

El tránsito es un caos y la gente se pregunta ¿dónde están los inspectores? Hasta se ven funcionarios manejando sus propias motos sin el casco que exige la ley, funcionarios con “coronita” que estacionan donde quieren y en doble fila en horario pico. El mismo Núñez maneja su auto mientras habla por teléfono, algo que está observado por la ley.

Si una acción caracteriza al gabinete del intendente Claudio Rossi es la de evadir ciertas normas de convivencia o mirar para otro costado cuando la ley hay que cumplir. Hace unas semanas atrás se vio el automóvil de un funcionario estacionado en doble fila en horario pico haciendo “mandados” en una mutual muy céntrica.

La falta cometida parece no tener importancia por ser funcionario público, ya que los inspectores no le llamaron la atención, dado que se trataba del Jefe de Personal municipal. ¿Cómo le vamos a llamar la atención si después se la agarra con nuestro recibo de sueldo?

Eso fue lo que comentó uno de los responsables de tocar el pito a quien se porta mal en la calle infringiendo las normas de tránsito. El jefe de Personal de la Municipalidad debería estar en su oficina o recorriendo dependencias municipales, en vez de realizar trámites personales.

Dicen que el ejemplo empieza por uno, pero el Director de Tránsito continúa en infracción. El mecánico Ramón Castro, especialista en alineación y balanceo, estaciona sobre la vereda de su domicilio, obstruyendo el paso a peatones.

Como viene denunciando este portal, el equipo de gobierno del intendente Rossi no solo no se ha podido acomodar, sino que las medidas que toman van a contramano del deseo de cambio que los rojenses expresaron en las urnas en octubre pasado.

Si el director de Tránsito estaciona su propio coche en su vereda, la enseñanza es que todos los rojenses deben estacionar sus coches en sus veredas, porque pareciera que eso es lo correcto.

Lamentablemente cada día que transcurre de esta gestión radical es el viejo y archiconocido refrán “haz lo que yo digo y no lo que yo hago”. La ley debe ser pareja para todos. No puede haber funcionarios con ‘coronita’ porque eso es abusar del poder que la gente confirió momentáneamente y que puede retirar estrepitosamente.

La actitud de Castro es la de hacer caso omiso a la ley y pasársela vaya a saber uno por dónde, ya que si el funcionario que tiene que reprender a quienes infringen la ley no la cumple, qué se puede esperar del vecino común.

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