Entierran tripas en el campo de su secretaria

La preservación del medioambiente no parece una prioridad para el intendente Rossi

Hace unas semanas los vecinos de Hunter se manifestaron preocupados dado que presenciaron un importante movimiento de maquinaria y camiones que, según sus palabras y fotos que corroboran sus dichos, enterraban vísceras en profundos pozos realizados a tales fines.

Alarma a todos el gravísimo impacto ambiental que esto produce, razón por la cual el Concejo Deliberante buscó sin éxito que el intendente Claudio Rossi y su Director de Medio Ambiente, Sergio Di Princio, den explicaciones sobre este foco de contaminación y sobre la presunta utilización de maquinaria municipal en este grave atentado contra la salud de todos.

No es la primera vez que esto ocurre, durante el mes de marzo se hizo público que ante una importante ausencia de controles, eran enterradas toneladas de vísceras en las cercanías de la planta depuradora local.

Esto complicaría el accionar del responsable de Medio Ambiente y del propio intendente municipal, ya que basaron su campaña en que Rojas debía más saludable y amigable con el ecosistema, pero no lo demuestran con los hechos estando en el gobierno.

Es más, el titular de Medio Ambiente tuvo un fuerte cruce con su par de Bromatología, ambos veterinarios de profesión, durante una visita a la planta de Reciclaje que la gestión anterior estaba por poner en funcionamiento el año pasado. Allí, Daniel Gallo le increpaba, delante de unos 10 testigos y del propio ex intendente Caso, que Di Princio era inspector del SENASA y a la vez prestaba servicios para un frigorífico, cuestión que está muy mal ética y profesionalmente.

Di Princio debía controlarse a él mismo y no lo hacía. Como inspector miraba para otro lado y como trabajador para una PyME atentaba alegremente contra el medio ambiente. Gallo se lo hizo notar en la charla y Di Princio se calló la boca.

Di Princio integra el grupo proteccionista “Amigos del Río”, ONG que tuvo alta participación y realizó muchas acciones benéficas para Rojas y sus localidades, sobre todo limpiando el Río Rojas. Habrá que preguntarle a los “Amigos del Río” qué opinan sobre estas vísceras desparramadas en medio del campo a cielo abierto y habrá que preguntarle a Di Princio si está dispuesto a seguir en el cargo.

Basural a cielo abierto: Urge tomar decisiones en serio

Mientras la actividad de la ciudad prosigue su marcha, en el basural hay otra vida. “A la tarde vamos al shopping”, cuenta Marcos, un jovencito que acude junto a su familia y amigos al predio que la Municipalidad tiene sobre Ruta 31 y donde dispone los residuos urbanos del distrito.

Es un paisaje lleno de basura, porquerías, chatarra, vidrios, cartones y bolsitas de nylon. A esa naturaleza muerta, se le suma el aporte del ser humano. Hay familias enteras que viven del trabajo que realizan en el basural. “Yo gano cerca de mil pesos por semana con este laburito”, dice Juan, quien pidió no ser fotografiado. Juan vende cartones, vidrios, aluminio y todo lo que se pueda rescatar para ser reciclado. “Venimos con mi familia y vivimos de acá… no comemos acá, pero sé de gente que sí lo hace”, dijo lamentándose.

Es una tarde “normal” según Marcos. “Vos tenés que ver cuando hay viento… los campos de al lado se ponen blancos por las bolsitas sueltas. Esta vida es así: te criás entre la basura, te acostumbrás y luego pasa a ser parte de uno. Nosotros, con un amigo le decimos ‘ir al shopping’ y con eso decimos que venimos al basural a rebuscárnosla”.

Su carita parece llena de esperanzas hasta que de pronto irrumpe un ratón y el cartonero empieza a tirarle con lo que encuentra para que se aleje.

Cierto es también que solucionar el basural a cielo abierto fue una de las promesas del Frente para la Victoria, bajo la intendencia de ‘Chano’ Aloé como pretexto para instalar un depósito final de residuos sólidos urbanos de la CEAMSE en el año 2005. Luego, durante la gestión vecinalista se hizo un anuncio para querer terminar con ese problema que se transforma en un foco infeccioso altamente nocivo para quienes deambulan por el predio, instalando una planta de reciclaje en el predio del viejo basural.

Basta destacar que allí concurren, además de los empleados municipales para descargar la basura del distrito, familias enteras en busca de oportunidades de ganarse unos pesos para sobrevivir. También hay perros y ese es un grave problema porque los animales son transmisores de enfermedades. De más está decir que cuando cae la noche, innumerable cantidad de ratones y lauchas pululan entre la basura.

El medio ambiente es la materia pendiente de este gobierno (además de Seguridad, Producción, Trabajo, Salud, Red Vial y Cultura).

No son los mejores tiempos del alcalde Claudio Rossi y su administración. A eso hay que sumarle el aumento desmedido de las tasas municipales y el gesto de ampliar la planta de funcionarios que nos sale bastante cara, como el sueldo del propio intendente. Mientras tanto, el basural sigue ahí, acumulando basura, alimañas y enfermedades.

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