Mientras el gerente de Clyfer admite públicamente que el último aumento de la tarifa eléctrica es de un promedio del 50 al 60 % para el usuario común, es decir el laburante, la gobernadora María Eugenia Vidal dispone otorgar subsidios a una importante cantidad de empresas en toda la Provincia, con la finalidad de que estos brutales aumentos que ella misma establece no provoquen el cese de la producción y el consecuente despido de obreros.
Y aquí en nuestra ciudad se da el claro ejemplo de lo injusto de esta disposición, donde se le ofrece al Molino Cabodi la suma de 150 mil pesos mensuales para cancelar la factura de sus consumos de electricidad (se descuenta que lo rechazarán), y se deja totalmente desamparado al vecino, al trabajador, al jubilado, al docente, a las instituciones, es decir a quienes conforman el pueblo, que parece ser, que quienes gobiernan aún no se dieron cuenta que existe, que hay más seres humanos, aparte de sus amigos mega millonarios, vividores de los negocios con el Estado.
Tal vez lo comprendan luego de las elecciones. Humildemente.