Luego del bochornoso episodio de violencia que dejó en off side al intendente de Junín, Pablo Petrecca, desde la Comuna intentaron cortar el hilo por lo más delgado y tirar la pelota para otro lado, sancionado a los policías de la localidad de Agustina, que solo cumplían órdenes.
¿Qué fue lo que pasó? Un grupo familiar llegó desde Mercedes para aprovechar el receso invernal y pescar en la Laguna de Mar Chiquita. En horas de la madrugada, fueron atacados salvajemente por los guías de pesca del lugar, que aparentemente estaban en estado de ebriedad. La intervención policial se dilató debido a que el patrullero local estaba abocado a la custodia del jefe comunal de Cambiemos.
Los efectivos que arribaron al sitio eran de la localidad Soforcada, a 30 km de Agustina. Posteriormente, se hicieron presente los uniformados locales, que lejos de contener y atender a las víctimas, querían minimizar el episodio y que se retiren de inmediato: los propios protagonistas relataron que fueron “acompañados” a la salida del pueblo y les advirtieron que no regresaran más, dado que no podían brindarle la protección necesaria. Asimismo, los oficiales de la Comisaría Segunda de Junín se negaron tomar la denuncia correspondiente.
Municipales y policías se pasan la pelota
Según le informaron fuentes del propio Municipio a NOVA, que el intendente tenga custodia las 24 horas fue “una desinteligencia entre la policía Bonaerense y la secretaría de seguridad del Gobierno local", y reconocieron que “en lo inmediato habría sanciones y hasta posibles traslados del personal a cargo de la seguridad en Agustina”. Por otro lado, la agente fiscal Vanina Lizaso ya inició una IPP de oficio, para esclarecer los incidentes y hechos ocurridos durante el fin de semana en ese pueblo.
Desde la otra vereda, la Policía Bonaerense argumentó que fue “una orden mal interpretada de parte de la Secretaria de Seguridad local”. Sin embargo, al sancionar al personal del Destacamento, generó un fuerte descontento dentro de la Fuerza.
Por su parte, el delegado de la localidad de Agustina, Fernando Montenegro, en declaraciones a la prensa local, criticó la falta de personal y patrulleros para cuidar a las 500 familias que viven en el pueblo: “La seguridad aquí es un desastre, Petrecca junto al ministro Cristian Ritondo anunciaron hace un mes la compra de patrulleros para Junín, pero en las calles nadie los ve”. También, recalcó que por la crítica situación socioeconómica del país y por la falta de presencia policial, los casos de robos se multiplicaron.
“No hay ciudadanos de primera y otros de segunda”
Sobre el episodio, esta agencia de noticias se comunicó con el presidente de la Comisión de Seguridad del Concejo Deliberante de Junín, Andrés Rosa, quien no descartó que se presente un pedido de informes sobre lo sucedido, para averiguar por qué el patrullero policial que estaba destinado para el pueblo de Agustina se encontraba haciéndole la custodia al intendente.
El concejal sentenció: “No podemos tener ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda, el intendente como cualquier otro funcionario público debe estar en un pie de igualdad con el vecino”.
Petrecca, un intendente con coronita
Tras lo sucedido, NOVA hizo un relevamiento general en toda la región para ver qué intendente cuenta con custodia personal como Petrecca: ni el de Bragado, Alejandro Aguilera (con dos amenazas confirmadas), tampoco el de Lincoln Salvador Serenal, el de Pinto, Alexis Guerrera, el de Rojas, Claudio Rossi, el de Chacabuco Víctor Aiola y ni el de Pergamino, Javier Martínez.
El grave episodio de violencia dejó nuevamente al descubierto la insensibilidad y el egoísmo del Frente Cambiemos, que priorizó la seguridad personal y no la del conjunto de los habitantes. Desde la Justicia afirmaron que no hay ninguna causa de amenazas como para que el jefe comunal deba tener custodia policial las 24 horas.
Además de un frondoso sueldo que ronda los 100 mil pesos, a los que hay que sumarle los “viáticos de funcionario”, Petrecca cuenta seguridad privada (o pública, no está bien claro), alarmas y cámaras de monitoreo. En un pueblo donde todos se conocen, ¿Por qué el intendente tiene tanto miedo?