Es arduo el trabajo que deben realizar los inspectores de Tránsito con esta cuestión.

Nuestra conducta como sociedad, no ayuda en nada y los hacemos perder tiempo en este control, cuando podrían estar en otros lugares más necesarios.

Una muestra de este accionar, lo constituye la confirmación con la aplicación del nuevo sistema, de una publicación que hicimos los primeros días del año, sobre un vehículo que ya debe hacer más de cuatro meses que permanece estacionado en calle Mitre a media cuadra del Municipio.

En esa ocasión, fuimos denostados por el supuesto infractor, que ahora ha quedado en evidencia que no siempre abona los módicos 10 pesos diarios. Suma muy beneficiosa, ya que de guardar el vehiculo en un garage tendría que pagar mucho más.

A continuación, transcribimos nuestra publicación del 3 de enero de este año, a la que le cambiamos un par de vocablos que quizás hayan resultado ofensivos para este vecino, a quien le pedimos publicas disculpas por ello, como esperamos que el mismo reconozca que teníamos razón al informar al respecto, sobre un tema tan delicado, en el que aún estamos en deuda como sociedad.

“Una mala conducta que se repite: No pagar el estacionamiento medido.

La situación que grafica esta nota, lamentablemente no es un caso aislado, sino que se repite a diario con conductores que inventan excusas para no abonar el estacionamiento a los chicos del Taller Protegido que son los encargados de su cobro.

En el caso que nos ocupa, los habitués de esta céntrica calle Mitre nos hacen saber que desde hace ya varios días una persona que vive en la zona ha estacionado un vehículo que ofrece a la venta, apropiándose de un espacio por el cual hay que abonar a diario la tarifa establecida por ordenanza.

Y aquí viene el enojo y el disgusto, de este grupo de vecinos y comerciantes que deben observar como este hombre suele en ocasiones, no abonar el servicio al grupo de chicos del Taller Protegido generándoles con esta actitud un estado de angustia y confusión que ellos transmiten a sus supervisores y, comentan con los innumerables conocidos que tienen en la zona por la que trabajan, quienes indudablemente aprecian a estas personas con capacidades diferentes que ponen lo mejor de sí para cumplir con su tarea.

Este mal ejemplo quizás sea de utilidad para quienes desarrollan conductas similares, burlando con su actitud el pago de esta mínima tarifa que sirve para financiar la Institución donde estas personas se capacitan para enfrentar el desafío de la vida en sociedad.

Y ellos, verdaderamente tienen capacidades especiales, porque son mejores y diferentes de la gente que tiene una doble moral, ya que de la boca para afuera llegan a la osadía de criticar a los ciudadanos que no cumplen con estas obligaciones y, cuando les llega el turno, hacen exactamente lo mismo que critican.”