El secretario de Seguridad, el inefable abogado penalista Miguel Núñez, celebraba reuniones para contarle a la gente que él tenía la solución para el problema de inseguridad que había en Rojas en aquel entonces. En esta imagen se ve una publicación en las redes sociales del 25 de julio del año 2015 donde daba cuenta de cómo se había que trabajar para paliar la delincuencia. Núñez decía saber cómo actuar. ¿Por qué no lo hace ahora?
Apenas 14 meses después, la vida y las circunstancias lo colocaron al frente de la cartera que él tanto anhelaba y que consiguió con la Sociedad Rural en sus espaldas. Pero la realidad es otra: no solo que no tiene el plan del que tanto alardeaba, sino que los índices se le escaparon y hoy Rojas dejó de ser una ciudad tranquila para convertirse en tierra de nadie.
Prevalece la ley de la jungla, donde todos los días hay un hecho de inseguridad grave; donde dos presos alojados en la comisaría local logran escaparse y poner en vilo a toda una comunidad, con familias de rehén; donde roban importantes cantidades de dinero a metros de su oficina, en pleno centro.
También le cabe la máxima responsabilidad al intendente Claudio Rossi, porque lo colocó en esa estratégica área y todavía lo sigue sosteniendo, luego de mostrar en reiteradas oportunidades su incapacidad para estar al frente de Seguridad. Del ridículo no se vuelve y todos recuerdan la noche que Núñez les ofrecía empanadas a los ex empleados del Peladero.