Un nuevo empleado, entrado en años el hombre, fue encontrado in fraganti cometiendo un ilícito contra la administración pública (tomando el dinero de todos los contribuyentes). Por ese motivo le “dieron licencia” para ocultar el hecho y que pase desapercibido ante la opinión de la ciudadanía.
Se trata de Miguel Ponce de León, el marido de una funcionaria que también estaría estafando al Municipio con anuencia de las máximas autoridades mediante contratos de locación. El hombre se habría quedado con materiales para la construcción y otros elementos, hasta que una persona puso la situación en el tapete y tuvo que dejar de “robar” momentáneamente. Es aportante de la campaña de Claudio Rossi.
Su mujer, la docente jubilada Ana Lía Revóra, es la que mediante contratos por asesoramiento en Cultura y Educación, se llevaba al bolsillo 45 mil pesos sin ponerse colorada. Rossi estampó la firma y ella cobraba sin que se note el cambio en esas áreas, ya que el asesoramiento era un maquillaje para poder retirar dinero indebidamente.
Su condición de jubilada no le permite figurar como empleada y su tarea es ser la secretaria de Cristian Ford, que a su vez es secretario de Coordinación y Hacienda del Municipio. Es decir que la asesora es nada más ni nada menos que secretaria de un secretario del intendente y así se van los recursos municipales como el agua entre los dedos.
Estos hechos de corrupción suceden mientras Rojas no cuenta con un plan de seguridad, pasan mientras transcurrieron 8 meses para pavimentar tres cuadras de un barrio y aun no se culmina con la obra; también tienen lugar mientras no se concreta “el Cambio” pregonado en la campaña política. Ese es el futuro que están construyendo en Rojas.