La administración sciolista pareció reaccionar con celeridad cuando anunció el relevo del sospechado en la misma jornada en la que el juez de la causa de los remedios truchos, Norberto Oyarbide, habló de "diálogos comprometedores" entre el funcionario bonaerense en cuestión -Alberto Costa- y Lorenzo.
Pero Costa era subsecretario, una categoría que en la estructura de conducción política de la Provincia se ubica en el escalón inmediatamente inferior al del ministro, de quien depende directamente para hacerse cargo del manejo funcional de un área gigantesca. Cada ministerio suele tener tres o cuatro como máximo subsecretarios, al frente de decenas de direcciones. Ese rol convierte, necesariamente, a la confianza en un nexo clave entre ministro y subsecretario. En el caso de Costa, no obstante, éste había sido ya designado en 2004 en el cargo que ocupó hasta el lunes por el anterior ministro de Salud, Ismael Passaglia, durante la era Felipe Solá, aunque el actual ministro Claudio Zin lo ratificó en la subsecretaría de Control Sanitario.
Zin habló de "sorpresa" por la relación Costa-Lorenzo y buscó restarle impacto al hecho de que un subsecretario de su ministerio quedara involucrado en esa causa, una de las más graves en bastante tiempo. Subrayó que el empresario no es proveedor del Estado bonaerense y que el funcionario le había dicho que sus conversaciones con el empresario eran "personales".
Resultó inocultable, con todo, la fuerza de la revelación del juez, señalando que las escuchas telefónicas habían puesto al funcionario bonaerense en una "situación muy complicada". Y no está claro porqué cuatro días después de esa revelación -que, vale reiterar, el gobierno provincial mostró reducida a una relación personal entre Costa y un empresario que no es proveedor del Estado bonaerense- Zin resolvió echar a otro funcionario, nada menos que el responsable del laboratorio estatal que produce medicamentos.
NUEVO CAPITULO
Esta semana culminó también el traumático "capítulo Monzó", con la asunción de Ariel Franetovich como ministro de Asuntos Agrarios de
La estrechísima relación política del flamante integrante del gabinete de Scioli con el ministro del Interior, Florencio Randazzo, ya era conocida. Pero su presencia en la jura de Franetovich sumada a las de la ministra de
Con todo, haber elegido a un hombre de Randazzo para ese ministerio clave tal vez no le evite a Scioli algún desacople con el gobierno nacional. Randazzo, Giorgi y Cheppi conforman, en el esquema de
DESARMONIZADOS
Por lo pronto, el despido de Emilio Monzó del sillón de Asuntos Agrarios -un crítico de la política nacional para el sector rural- y el nuevo alineamiento en esa materia no habrían alcanzado para reinstalar la armonía en la relación entre el Gobernador y Néstor Kirchner.
En Olivos a comienzos de la semana, en una reunión con los intendentes del sur del Conurbano, el ex Presidente no sólo volvió a cuestionar a Scioli sino que, según confesiones de varios asistentes, lo hizo con calificativos de una dureza que hasta ahora no le habían escuchado ni sus hombres de más confianza. En ese tren, Kirchner habría aludido críticamente a lo que él entiende como "confusión entre gestión y marketing", poniendo como "ejemplo" la foto que el Gobernador se sacó con Sandro, al entregarle el flamante título del ciudadano ilustre de
MODELO USA
Los intendentes que escucharon la andanada todavía estaban perplejos cuando Kirchner los sorprendió nuevamente, al desarrollar los ejes de su estrategia para su aspiración presidencial para el 2011.
Explicó que, como ya viene sugiriendo el gobierno nacional, impulsará la recreación de las elecciones internas abiertas para la definición de candidaturas, pero para los cargos a gobernadores, intendentes y legisladores y no para la presidencial.
Es que Kirchner imagina -según contó a los intendentes- un desdoblamiento y una novedad: que para las candidaturas a presidente se instaure un sistema similar al de las "primarias" que utiliza Estados Unidos. Mediante ese sistema, los votantes eligen en cada Estado (provincias) delegados partidarios que previamente declararon su apoyo a un precandidato. Cada fuerza realiza luego una convención nacional en la que los delegados (cuyo número por Estado varía según la cantidad de votantes) eligen a su candidato presidencial.
Los intendentes que lo escucharon entendieron que Kirchner se propone encarar esa "primaria" como precandidato del PJ -en la que, supone, le ganaría a Carlos Reutemann-, para luego encarar una alianza de centroizquierda. "Tenemos que hacer primero la presidencial, así después yo los puedo acompañar a ustedes en las internas", les dijo.(Fuente: EL DIA)