La concejal Carina Airet se suma a quienes critican a los maestros en su lucha por un salario digno y en defensa de la escuela pública, intentando continuamente desviar ese reclamo hacia otras cuestiones que bien pueden ser observadas, pero que en el contexto actual son claramente utilizadas para desviar la atención de la opinión pública de este legitimo reclamo.
Y esta concejal que alquilaría su propiedad de Barrio La Horqueta para eventos privados, sin poseer habilitación alguna para esa actividad, se asombra entre comillas por el importe que costaría la instalación de la carpa docente frente al Congreso de la Nación.
Pero no se asombra por los sueldos que cobran los docentes, y ni hablar de los sueldos de los empleados municipales a quienes no solo no defiende, sino que los ataca en sus comentarios cuando solicita a la población que lleve sus residuos al Corralón.
Por lo tanto, le parece perfecto que un municipal con bastante antigüedad perciba entre 6 y 7 mil pesos mensuales, cuando el intendente y sus funcionarios se aumentan escandalosamente sus ingresos a sumas obscenas de 170 y 70 mil pesos, respectivamente.
Y no le causa ningún asombro que por ese motivo no les ofrecen a sus trabajadores un aumento que por lo menos se acerque a los porcentajes de incremento de las tasas municipales del 35 al 40 %. Y tampoco se asombrara cuando dentro de unos días dejen sin trabajo a unas cincuenta cooperativistas aproximadamente.
Y no se asombra, asimismo, que se abonen en algunos casos dos y hasta tres sueldos por un mismo cargo, ya que no le resulta extraño que en este su Gobierno, cuando se desplaza a un funcionario, no se los despide y se le sigue abonando su salario sin saber que tarea desempeña.
Menos aún le asombra que el Municipio tenga que pedir a los ciudadanos rojenses colaboración con elementos de primera necesidad para entregar a los afectados por la inundación de estos días, por no disponer de fondos para esa asistencia.
Una concejal asombrosamente hipócrita.