A pesar de los resultados trágicos en varios de los accidentes donde participan motocicletas, no se observa una disminución en la cantidad de hechos que se dan periódicamente.
Más allá de los registros oficiales, existen muchos que no son denunciados (si no se registran lesionados) y por lo tanto no cuentan en las estadísticas.
A esta altura hablar de culpables ya es redundante y genera una discusión sin sentido, cabría quizás determinar responsabilidades no solo de las autoridades, sino de nosotros mismos como ciudadanos que, en más de una ocasión decimos algo y hacemos todo lo contrario.
Podemos ver a diario numerosas infracciones (de motociclistas y automovilistas) que ya no llaman la atención, y aquí está el deterioro de nuestra calidad de vida, vamos incorporando en nuestro comportamiento diario en sociedad conductas que nos provocan daño entre nosotros y siempre le encontramos una justificación.
Quien comete la “osadía” de hacernos ver nuestra inconducta pasa a ser el señalado por los demás (como dice el sabio tango; un cambalache).
Entonces sólo revertiremos esta y otras cuestiones que, sin exageración alguna llevan y han llevado a consecuencias trágicas e irreparables en más de una oportunidad, si cada uno toma conciencia de su conducta y sensatamente comienza a distinguir lo que está bien de lo que está mal y así aislar a quienes siguen sin comprenderlo.
Obviamente que estamos hablando de conductas públicas, ya que vivimos en sociedad y nuestro comportamiento en la misma siempre debe contemplar al otro. Hace un tiempo se llamaba conocer donde terminan nuestros derechos y comienzan nuestras obligaciones.
La foto que acompaña la publicación corresponde a un choque entre dos motos ocurrido este martes 24 de septiembre a las 17 horas aproximadamente en la esquina de la Escuela Técnica (Larrea y Francisco Roca), donde uno de los conductores sería un menor de edad.
El lunes hubo otro accidente en la esquina del Jardín 901 y el fin de semana hubo más de uno, con el resultado de un menor herido de gravedad que fue trasladado a Junín, generando la angustia de sus familiares y amigos que aguardan con mucha fe su recuperación (se repiten las cadenas de oración).
Y aquí y, para ir finalizando se da otro hecho que deja al desnudo nuestras miserias. Estas noticias solo parecen serlo mientras son eso noticias y entonces solo generan interés cuando se produce el choque y si alguien resulta herido de gravedad o fallece. Luego nos olvidamos y las victimas quedan así en ese olvido cruel, con secuelas muchas veces irreversibles o que les cuesta mucho tiempo y esfuerzo revertir.
No es sólo un choque de motos.