El ejemplo más claro lo tenemos con solo observar los cambios que se han producido en los últimos años en la fisonomía de nuestra Avenida 25 de Mayo.
La imagen más decadente la representa la señorial casa ubicada en la Avenida 25 de Mayo al 300 entre Alvear y Alsina, por la vereda par; con sus amplios y majestuosos ventanales tapiados por ladrillos huecos, su puerta con rústicos candados y una acera que acumula suciedad que solo limpian una o dos veces al año.
El aspecto de este lado de la Avenida, con la salvedad de la construcción del centro comercial y confitería llamado El Paseo 1777, contrasta drásticamente con el cambio para bien que han generado los vecinos de la vereda opuesta, donde se ha construido un edificio, y la familia Gerónimo ha renovado completamente su local comercial y abierto uno nuevo.
Y yendo hacia otras cuadras, camino al Hospital, la mayoría de los vecinos ha invertido en transformar sus fachadas o construir nuevos locales. La Iglesia, el antiguo Bazar Cremona (hoy ArtDeco), los locales y departamentos en planta alta que lleva adelante la familia Cukar. La Farmacia Castro, el Kiosco Di Camillo con la oficinas nuevas que dan sobre Lavalle, las cocheras al lado de la Panadería Don Tito, y alguno más que se nos escapa.
Y para ir culminando este relato, hay que destacar los cambios que están comenzando por la esquina de la biblioteca, que implicarán paso a paso la reconstrucción total de aceras en un trabajo en conjunto entre el Municipio y la mayor parte de los vecinos que ya han manifestado su conformidad con esta planificación que buscara mejorar no solo el aspecto, sino también la seguridad de transitar por veredas que no estén rotas.
Esperemos que estos vecinos que poseen no una, sino varias propiedades en distintas zonas céntricas de la ciudad, se acoplen a estos ejemplos de ciudadanos que apuestan al crecimiento de Rojas, invirtiendo las ganancias que obtienen precisamente por los negocios que desarrollan en nuestra ciudad.