Para este informe contaremos, con su autorización, la historia trágica que está viviendo el vecino de nuestra ciudad, Luis Miguel Guevara, de 60 años de edad, domiciliado en calle Constitución 828, quien hace unos cinco años sufrió un accidente vial con el camión que manejaba como chofer de una empresa de transporte de la ciudad de Salto.
Como consecuencia de este siniestro, quedó con una discapacidad en una de sus piernas y fue despedido por su empleador. Y sus desgracias no culminaron allí, ya que como segundo ingreso tenía otra actividad, conduciendo una combi que realizaba dos o tres viajes semanales a los bingos de la zona, de la que también fue echado.
Ante esto recurrió a los servicios de un abogado que tiene su estudio en las inmediaciones de la Avenida de Mayo y Lavalle, quien lo derivó a otro, cuyas oficinas están actualmente en los alrededores de la Plaza España.
Este profesional lo aceptó como cliente, y el señor Guevara le entregó toda la documentación con que contaba, además de firmarle los respectivos poderes para que inicie los juicios y los trámites ante la ART y, entregarle el dinero requerido para los gastos.
Estos sucedió hace cinco años, y en el transcurso de ese tiempo, el abogado en cuestión, le iba informando sobre los supuestos avances de las causas, sin exhibirle nunca algún escrito que haya presentado.
A mediados del año pasado, el señor Guevara ante las evasivas que recibía en cada visita al estudio jurídico, decidió solicitarle que le devuelva toda la documentación para entregársela a otro abogado. Desde ese momento hasta hoy, sólo logró que le entregue la papelería correspondiente al reclamo ante la ART, que no presento nunca.
Para lograr esto, contó con la gestión desinteresada de un dirigente político de nuestra ciudad muy destacado y recordado por su gestión aquí y en la Legislatura provincial.
Las mentiras quedaron totalmente al descubierto, cuando comenzó a intervenir el nuevo estudio jurídico que, fue a chequear a los tribunales, con el número de expediente que el abogado le había dado a Guevara, y comprobaron que los juicios no existían, nunca los había presentado, con lo cual el perjuicio que le ha causado, ha sido importante.
Por el momento, estos nuevos representantes, quizás el Estudio Jurídico más prestigioso de la región, cuyas oficinas están ubicadas en Alem y Dorrego, le está llevando adelante la tramitación ante la ART. En cuanto a los juicios que el otro abogado no inició, por el momento no puede gestionar nada, por cuanto, este profesional aun retiene la documentación necesaria para ello, no obstante que por el tiempo que ha transcurrido, muy probablemente sus derechos hayan prescripto.
Ante esto y por tratarse de colegas que actúan en la misma ciudad, sus nuevos apoderados le están gestionando la posibilidad de contratarle un profesional muy conocido de la ciudad de Junín, para demandar al abogado que le retuvo los papeles por daños y perjuicios.
Como un dato más y no menor, en su oportunidad, el señor Guevara intentó dejar un escrito en el Colegio de Abogados en Junín, denunciando esta situación y no se lo recibieron.
Para ir cerrando la historia, lo que se presupone, es que este abogado que retiene documentación y nunca presento las demandas, ha realizado un arreglo espurio con las empresas a las que tenía iniciarle juicio como apoderado del señor Guevara.
Por lo cual, para dejar en limpio, la situación hoy es la siguiente:
El señor Guevara la única posibilidad que tiene por el momento de obtener un resarcimiento, es por la gestión ante la ART, que le lleva adelante el Estudio de Alem y Dorrego.
Este estudio, también le gestiono la representación de un profesional de Junín para que le inicie juicio al abogado que lo ha perjudicado, haciéndolo perder sus derechos.
Mientras todo esto transcurre, el presente de este hombre es muy complicado en cuanto a lo económico, ya que por su discapacidad, derivada del accidente, no logra reinsertarse en el mercado laboral, y la está pasando verdaderamente mal. Solo obtiene un ingreso por manejar esporádicamente una combi local que va a los bingos de la zona.
Está viviendo con su hermano en una vivienda que necesita ser arreglada con urgencia y sin servicios de energía eléctrica, por no poder pagarla. Una situación extrema. La foto que acompaña la nota es de esta casa.
Quizás esta lamentable historia, haga reflexionar a abogados como estos, que ejercen de este modo su actividad, desprestigiando la profesión.
Y asimismo, el señor Guevara pueda obtener debida justicia, y obtenga la protección de los organismos del Estado que correspondan.