La ola Cambiemos hizo cambiar a varios de bando solamente por el vil metal. Funcionarios y empleados del anterior gobierno hoy son soldados del poder de turno, tanto en la calle, como en las redes sociales. Varios de ellos ingresaron a trabajar con la administración pasada y hoy parecen pertenecer al entuerto PRO-Radical.
“No deben tener perros en sus casas”, comentó un dolido militante y aclaró “un perro nunca le muerde la mano al que le dio de comer”. No solo eso, algunos dan la espalda. “Parecen perritos falderos del nuevo dueño y eso me repugna”, soltó más tarde.
La lista de los que “juegan para el otro bando” parece agrandarse con el correr de los días, cual conejos corriendo detrás de una zanahoria gigante, olvidando todo lo demás. Marian Solveyra, Virginia Codino, Daniel Gallo (aunque nunca ocultó su costado radical, fue concejal y por eso no se lo cuestiona tanto), Mariel Parra, María José Bengochea (a quien se la denunciará al INADI), la cuñada de Pedraza y tantos otros que quieren despegarse del reciente pasado vecinalista.