A estas celebraciones deberían concurrir los funcionarios y, seguramente analizarían desde otra perspectiva las medidas que toman en el ejercicio de sus funciones.
Aquí se respira amor del más puro y desinteresado, que es en definitiva el que nos rescata de toda la hipocresía en que vivimos como sociedad donde señalamos y acusamos conductas de los demás, sin fijarnos en nuestros comportamientos que muchas veces son iguales a los que criticamos. Todos somos dueños de la verdad, guiados por intereses propios y mezquinos.
Hablamos y damos cátedra sobre lo que se debería hacer y no estamos dispuestos a hacerlo nosotros mismos.
Para cambiar verdaderamente, refugiémonos en estas pequeñas e inmensas muestras de amor que nos entregan nuestros niños, para que cuando ellos crezcan no pierdan estas virtudes al mirarnos a nosotros.
Acá se celebra la vida en tiempos …….
En tiempos donde nadie escucha a nadie
En tiempos donde todos contra todos
En tiempos egoístas y mezquinos
En tiempos donde siempre estamos solos...